卍«𝙿𝚊𝚛𝚊𝚍𝚘𝚡»→ ⌜ᴛᴏᴋʏᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ-ᴍɪᴋᴇʏ ⌟

ʙᴜʀʏ ᴀ ꜰʀɪᴇɴᴅ

Bury A Friend: Quiero acabar conmigo.
―Billie Eilish

Pasaron los días, la chica seguía con su vida volviendo a lo de antes. Sin embargo, no sabía nada del chico. Sentía que le faltaba algo cada semana, cuando lo llamaba por teléfono, ni siquiera contestaba.

Estaba realmente cansada mentalmente. Sus padres le egaban cada vez que se cruzaba con ellos. Ya no podía más. Apenas tenía contacto con las personas que la habían cuidado por medio año, quienes fueron por un tiempo su familia.

Estaba tranquila sentada en su cama escuchando la música que ponían por la radio mientras leía un libro. Entonces, su móvil comenzó a sonar. Abrió el teléfono para ver quién era la persona que la llamaba. Se trataba de Hina.

- ¿Diga? - contestó con un tono neutro.

- ¡Yuna! Voy a pasar a por ti, tenemos que ir a darle el pésamen a Mikey - dijo rápidamente la castaña.

- ¿El abuelo la ha palmado? - preguntó sin cuidado mientras apagaba la radio.

- Es Emma - respondió alterada Hina.

Mikey estaba mirando a la nada. Parecía no tener alma. Yuna se secó las lágrimas y se acercó para sentarse a su lado. Comenzó a acariciarle la espalda, así pasaron unos grandes minutos.

- Fue Kisaki - dijo una voz al otro lado del pasillo.

 La chica frunció el ceño pero no se alejó de Mikey. En cambio, lo abrazó mirando hacia la sombra que había hablado. Takemichi estaba aguantándose las lágrimas.

- ¿Dónde está Hina? - preguntó mirándola directamente a los ojos.

- Me parece que está en la recepción - respondió antes de volver a darle la espalda para abrazar bien a Mikey.

- Está bien, gracias.

Takemichi se fue en busca de Hinata mientras que la otra parejita se quedaba sola de nuevo. Mikey volvió la cabeza para mirar a la chica. La vacía mirada del chico dejó a Yuna rota, no entendía por qué le pasaban estas cosas a él. 

- Me vengaré de Kisaki - habló la chica. - No voy a dejar que te haga sufrir más.

Apretó sus labios pensando en cómo lo haría. Se acercó y le dio un pico, sin embargo, el chico no cambiaba de expresión.

- Dejémoslo aquí - sugirió Mikey.

- ¿Qué? 

La chica no sabía qué pensar. ¿En serio esto se iba a quedar así?

- No quiero que te pase nada a ti también - explicó serio. - Así que, aléjate de mí.

- Yo quiero estar contigo - contestó también seria.

- Pero eso no va ser lo que va a pasar.

- Entonces, ¿me mentiste al decir que ibas a estar conmigo por siempre? - preguntó sin obtener respuesta. - Escucha, si consigo parar a Kisaki, volverás conmigo, y si no lo consigo, entonces estaré muerta - dijo la chica levantándose.

- No lo haré... 

- Sí, lo harás, y no hay nada que me pare.

Tras decir aquello, se fue caminando hacia la salida pensando en como haría las cosas.

- ¿Yuna, a dónde vas? - pregunta Hina viendo como se va.

- Necesito estar sola, me vuelvo a casa- miente sin mirarla mientras abría la puerta.

Camina a paso corto por las silenciosas calles. En ese momento escucha un grito de una voz insoportablemente familiar. Miró bien y reconoció al chico al que le pertenecía esa voz.

Vio bien a su alrededor. Un camión estaba parado en medio de la carretera. Parece que el conductor se había bajado durante un momento.

Entones, ella, cegada por el odio hacia el chico parado en plena carretera, corrió y se subió al camión. Ni siquiera se puso el cinturón, quitó el frenó de mano y probó los pedales hasta encontrar el acelerador. Pisó a fondo y el camión aceleró hasta llegar a una velocidad de la cual no podía apenas controlar.

Las siguientes imágenes las vio a cámara lenta. Las lágrimas salían de los ojos de la chica, atropelló a Kisaki sin piedad alguna y la sangre del chico manchó el cristal delantero. Sin embargo, a ella no le importaba. Ya había hecho su venganza.

Por culpa de la velocidad y de sus pensamientos que le echaban la culpa a Kisaki de que Mikey le hubiera dejado, no podía enderezar bien el camión. Cuando volvió a tomar control de sus acciones, ya se había estrellado contra un muro. Escuchó una voz que parecía estar muy lejos de ella, sin embargo, la voz provenía de su lado.

- Lo hice - rió dos veces. - Ahora Mikey va a volver.

Comenzó a ver negro, sin embargo, no se asustó. No se podía mover, ¿se iba a morir? Es posible. A pesar de todo, ella sonreía, por primera vez en mucho tiempo, sentía felicidad, sentía que al fin había terminado su sufrimiento.

El cuerpo de la chica tenía los ojos abiertos y una sonrisa, ya se ha acabado el juego para ella. Takemichi lloraba. Lo único que faltaba es que también Yuna se muriera. Realmente era lo último que se necesitaba.

Al fin, luego de mucho tiempo, traigo el último capítulo. Perdón por la tardanza.