"Mis dos almas gemelas" - Mikey x ____ x Draken

Capítulo 24. Se siente real.

Advertencia: Antes de que empiecen a leer esto, primero si no han leído el pasado de Kazutora, entonces esto tiene spoilers, y quiero avisarles que viene fuerte, porque narró detalladamente los ataques de pánico y ansiedad, así que si son sensibles es mejor no leerlo.

Pov Kazutora

Me desperté desubicado, siento que he dormido mucho tiempo, no recordaba bien donde me encontraba, veo alrededor y no reconozco nada, creo que estoy en un hospital, trato de sentarme, pero me siento mareado, trato de recordar que me ha pasado y siento dolor de cabeza, será que tuve un accidente, no recuerdo, estoy confundido, estos últimos días venia seguido al hospital a visitar a _____, será por eso que estoy aquí, vuelvo a tratar incorporarme para ver mejor, pero ahora que lo noto no la veo aquí, este cuarto es diferente al de ella, y no veo a nadie, estoy solo, solo, llevo días estando solo, trato de recordar bien desde cuándo, pero ahora que lo pienso mejor siempre he estado solo.

Trato de recordar que pasó estos últimos días, recuerdo que me hice mi tatuaje de tigre, inconscientemente me llevo la mano al cuello, y tocó el lugar donde está, también el viaje a la playa, y siento una presión en el pecho comienzo a recordar un par de cosas, ese día fue que comenzó a caer todo, cuando volví a casa por la noche mi madre no estaba, pensé que todavía no había regresado del trabajo, pero a la mañana siguiente ella aun no había regresado, los siguientes días tampoco la vi, probablemente porque se hartó de mí, así como mi padre que no soportaba verme, por eso me hacía sentir inferior, que no valía nada, que era un error en su vida y en la de los demás, por eso nos golpeaba a mí y a mi madre, al final él se marchó, y ahora que lo pienso mejor creo que también ella se había ido; mis propios padres me traicionaron y me abandonaron. Pero no todo estaba perdido en ese momento porque aun tenía a mis amigos, recuerdo que al día siguiente después de que mi madre ya no llegó a casa, fui a ver a _____, muy temprano, como siempre ella me recibió de una manera tan linda, tan cálida como un rayo de sol, me hizo sentir como que todo podía estar bien, a pesar de que ella no sabía nada por lo que estaba pasando sus abrazos me ayudaban a mantenerme entero, no puedo evitar sentirme tan bien cuando ella me abraza y se preocupa por mí, pero no entiendo porque ahora no estaba.

Comienzo a sentirme agitado, nervioso, me cuesta respirar, mis ojos arden, quiero tratar de seguir recordando, pero el dolor de cabeza no me lo permite, en ese momento escucho que abren la puerta, veo dos siluetas de negro entrar, pero no distingo quienes son, al ver que se acercan trato de retroceder en la cama hasta que topo a la pared y tomo la almohada, y estoy a punto de lanzarla cuando escucho su voz, la voz de mi rayito de sol.

- Tora, soy yo, _____ - me limpio los ojos que tenían unas cuantas lagrimas que me impedían verla con claridad - Baji también está aquí, hemos venido para estar contigo - su voz es dulce y calmada como si tratara de no asustarme, pero no podría sentir miedo de ella que solo ilumina mis días, cuando se acercan logro verlos claramente.

- _____, estas aquí - le digo lanzándome a sus brazos ella me abraza y comienza a acariciar mi espalda eso siempre me tranquiliza, Baji se sienta al otro lado de la cama, se ve un poco nervioso, pero me sonríe, yo le extiendo la mano y este la toma y se une al abrazo, luego escucho unos sollozos y me separo de ellos, veo que ambos están aguantando las lagrimas - ¿qué les pasa? - les dije haciendo mi cabeza hacia un lado, no entendía porque se ponían así.

- Por nada, Kazutora - me responde Baji - solo estamos felices de verte - me sonríe - ¿Cómo te sientes? - me dijo como midiendo sus palabras.

- Me siento raro, estoy todavía un poco mareado, me duele la cabeza, estaba tratando de recordar como llegué aquí, pero simplemente no puedo - les digo un poco cansado, cuando hago el esfuerzo otra vez por recordar siento que el cuerpo me hormiguea eso me incomoda, así que me separo un poco de ellos y abrazo la almohada en medio de mis rodillas para calmar esa sensación.