Capítulo 2. ¿Por qué no te enseñamos a pelear?

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Al día siguiente llegue a la escuela y los niños que el día anterior estaban molestandome, se encontraban sentados al fondo del salón, la mayoría solo me veían con odio en los ojos, hasta que uno que era el más molesto y pesado se levantó y se dirigió hasta donde estaba y me dijo:

- Hoy al salir te vamos a dar tu merecido por la humillación que nos hicieron pasar ayer tus amiguitos, pequeña cerdita - el típico apodo de siempre, lo recalcaba con odio.

Yo solo aparte de la mirada y me fui a mi asiento, quería llorar, quería salía corriendo, pero no pude porque en ese momento entró el profesor y comenzó la clase.

Al finalizar el día, salí rápido del salón y corrí a esconderme en el baño de niñas, creí que ahí podía estar segura mientras esperaba que esos chicos se aburrieran y se fueran a sus casas para poder irme a mi casa tranquila.

Espere una media hora más o menos y cuando no escuche ruido en los pasillos, salí del baño, creí que había logrado salir ilesa, pero cuando llegue al portón de la escuela pude verlos al otro lado de la calle, estaban el grupo de chicos esperándome. Yo me congelé en el portón cuando de repente escuché una voz muy animada que me llamaba y que venía de un lado de donde me encontraba:

- Oye, ____ vamonos a casa - era Mikey que me saludaba con su mano levantada y moviéndola en lo alto con emoción y Draken a su lado que también me saludaba con la mano, pero este sin levantarla tanto como su amigo - disculpa si nos tardamos, no sabíamos donde quedaba tu escuela, pero ya estamos aquí.

Me fui corriendo rápido hacia ellos y los tome de las manos para alejarnos de ahí, en el momento que los toqué sentí una pequeña corriente eléctrica, pero lo ignore pensando que era por el miedo de que los chicos de mi salón nos siguieran

Cuando ya nos habíamos alejado de la escuela, los solté y comenzamos a caminar a un paso más tranquilo. Draken fue el primero en romper el silencio diciendo:

- ____, te volvieron a molestar esos estúpidos? - yo negué con la cabeza, se paró frente mío e hizo que me frenara mi paso frente a él, agachó un poco la cabeza para ponerse a mi altura, me miró serio y me dijo - estas segura??

Yo comencé a temblar no sabía que decirle Draken era intimidante y no quería mentirle, después de todo lo único que habían hecho era ayudarme. Suspiré y le dije:

- En la mañana que llegue al salón uno de los chicos me amenazo y me dijo que se las iba a pagar por la humillación que ustedes dos les habían hecho pasar y me llamaron pequeña cerdita - dije eso ultimo con mucha vergüenza.

Mikey me agarro de las mejillas y me puso frente a él y me dijo:

- No les hagas caso ____, tu eres una niña muy linda y valiente, no tienes por qué tomarte en serio esos apodos hirientes y todas esas cosas que te dicen.

Yo agaché la cabeza, mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas y sentí como uno de ellos puso la mano en mi cabeza, era Draken que estaba acariciando mi cabeza y me dijo:

- Como quisiera tener a esos imbéciles en frente para partirles la cara por hacerte llorar, pero Mikey tiene razón no tenemos mucho de conocerte, pero hemos visto que eres una niña maravillosa, no debes sentirte mal por tu físico eso no es importante.

Yo los miraba con asombro, con mis ojos llenos de lagrimas y a la vez estaba sonrojada por lo que me decían.

- Gracias, chicos - les dije mientras las lágrimas comenzaban a rodar por mis mejillas - pero no tienen que decirme esas cosas para hacerme sentir bien, realmente yo sé que no soy bonita como las demás niñas, todas son tan lindas pequeñas delgas y delicadas y yo soy todo lo contrario - dije agachando la cabeza de nuevo.

Cuando levante la vista, pude ver como ambos estaban serios observándome. De repente Mikey me dijo:

- Tengo una idea, si te sientes insegura por tu físico, ¿por qué no aprendes a pelear con nosotros?, así aprovechas a aprendes a defenderte de los abusadores y de paso haces ejercicio y pasas más tiempo con nosotros - ambos me miraron y sonrieron.

- ¿En serio, harían eso por mí? - dije con duda, a lo que ambos asintieron y continúe - yo nunca he practicado ningún tipo de deporte y mucho menos he peleado con alguien.

- No te preocupes, iremos poco a poco - me dijo Draken muy confiado

Y así fue cada mañana llegaban temprano a mi casa y salíamos a correr un poco, luego cada quien regresaba a su casa para alistarse para ir a clases y luego pasaban a recogerme para dejarme en frente de la escuela y ellos iban a sus respectivas escuelas porque los tres estudiábamos en primarias diferentes, al final de las clases me esperaban afuera de mi escuela, para irnos juntos a mi casa, cuando estábamos ahí salíamos al patio y practicábamos los diferentes estilos de pelea, cada uno lo hacía de manera diferente, Kenchin (como Mikey y yo le decíamos de cariño) era más de pelear con puños y Mikey peleaba más con patadas, ambos se me complicaban mucho, pero ellos tenían mucha paciencia conmigo, luego de terminar de entrenar, entrabamos a la casa, comíamos algo, algunas veces los chicos me pedían ayuda con sus tareas y otras veces solo nos quedábamos hasta tarde viendo películas hasta que los dos tenían que regresar a sus casas o de vez en cuando mi madre, quien los adoraba, los invitaba a quedarse a dormir, cuando lo hacían pasábamos toda la noche despiertos hablando, riendo o jugando videojuegos.

Así paso el tiempo, terminamos la primaria, y cuando comenzamos a estudiar la escuela media lo hicimos en la misma escuela, ahí conocí a Emma, la media hermana de Mikey, con quien también nos hicimos amigas, además conocimos a un grupo de chicos algo problemáticos, pero muy agradables ellos eran Baji, Mitsuya, Pa-chin y Kazutora, con quienes nos divertíamos, salíamos, bromeábamos y paseábamos por la ciudad, todo el tiempo andaba rodeada por ellos y gracias a eso ya nadie me molestaba.

Cada uno, de mis nuevos amigos era totalmente diferentes los unos de los otros, pero con todos llevaba de maravilla y les tenía unn gran cariño.

Durante los años que estuvimos en la escuela media comencé a notar, lo que los chicos me dijeron al principio, cuando empezamos a entrenar, que el ejercicio me iba a ayudar para ya no sentirme insegura con mi cuerpo, había aprendido a pelear y también había perdido peso, eso más la pubertad me ayudaron a verme y sentirme mejor conmigo misma. Ya no era la niña gordita de la primaria, si seguía siendo bajita, pero creo que me sentía así porque los chicos habían crecido mucho, Mikey, que casi era de mí mismo tamaño cuando nos conocimos, ahora me llevaba por una cabeza, seguía siendo más bajito que Kenchin, como este siempre había sido mucho más alto que los dos, no me sorprendía de la altura del ultimo, hasta que me percate que le llegaba abajo del hombro, otra cosa que siempre me había quedado eran mis muslos que seguían siendo anchos pero me sentía bien conmigo, porque a pesar de eso tenía buena resistencia y eso me hacía sentir bien.

Mientras veía a mi grupo de amigos, bromeando y jugando entre ellos, me puse a pensar que haber coincidido a ese par de rubios, que ahora eran mis dos mejores amigos, era lo mejor que me había pasado en mi vida y no quería perderlos jamás.

"Mis dos almas gemelas" - Mikey x ____ x DrakenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora