Capítulo 9

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CAPÍTULO 9

[Noche de borrachera]

LILITH

Las horas en la mansión Kast pasaban volando y ya estaba anocheciendo, la verdad no tenía ganas de dormir ni de estar más en está habitación, así que decidí levantarme de la cama— donde paso la mayor parte del día—a ducharme y arreglar.

Decidí por ponerme un vestido negro que encontré en el closet cuando salí de la ducha, el vestido llegaba unos centímetros más arriba de mi rodilla, mostrando algo de mis piernas, la prenda se ajustaba muy bien a mis curvas y él pegado escote hacia resaltar mis pechos, también encontré unas zapatillas del mismo color con algo de tacón luciendo más alta, y para terminar me maquillé un poco y me rizé el cabello pelirrojo que ya me había crecido unos centímetros más desde que lo corté. Me veía bien.

Está noche quería pasarla bien, emborracharme y disfrutar de la libertad que me queda, antes de que todo se arruine.

Hoy será una noche de borrachera.

Y también escuché por ahí, que los tres Kast estarán presente está noche en el bar de Aamon, Lis me lo contó, está noche vendrá una persona cercana a ellos.

Aún nose si es un amigo, familia, un conocido o yo que se, solo espero no sea ninguna chica más, con trabajo soporto a Tess que estos últimos días ha estado la mayor parte del día en la mansión, con Abel.

Aún no entiendo su comportamiento, habían pasado ya días, muchos días que lo rechace y que lo deje con un pequeño problemita allí abajo, bueno más bien diría, un gran problemota.

Y estos días ha estado ignorándome, mucho más de lo que lo hace Adriel, a Adriel lo entiendo, él ignora a todo el mundo y se mantiene en lo suyo, pero por lo poco que conozco a Abel, él no es así. Muchas veces he intentado hablar con él pero siempre termino ignorada por su parte, o a veces intento ir a su habitación, pero siempre lo encuentro con Tess.

Tess estaba agotando mi paciencia, cada vez que la veía en los pasillos me dedicaba una sonrisa ganadora, como si la promesa que había hecho no valiera ni una mierda, y eso me enojaba, juro que si sigue así voy arrancarle la puta cabeza.

Cuando termine de ponerme los últimos accesorios salí de la habitación y me dispuse a caminar hacia las escaleras para bajar, no tenía idea si los demás ya se habían ido y tampoco quería averiguarlo.

—¿Dónde vas? — una voz a mis espaldas me detuvo y me giré para ver a semejante hombre frente a mí.

Abel se encontraba bajando las escaleras con las manos en sus bolsillos, iba vestido con una camisa blanca que dejaba ver un poco de su pecho gracias a que los botones de arriba estaban sueltos, su cabello rubio apuntaba a todas las direcciones dándole un toque salvaje y rudo, no había visto a Abel usando camisas, él es más de playeras sencillas, pero se veía jodidamente bien.

Siempre se veía bien.

—Al bar— respondí mientras veía como él terminaba de bajar las escaleras y se acercaba a mí.

Me sorprendió que él me haya hablado después de días intentando que me prestará un poco de su atención.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, podía sentir su respiración mezclándose con la mía y me repaso con los ojos de pies a cabeza, y de pronto, su mano se extendió hasta mi brazo y con las yemas de su dedo me acaricio, en ningún momento nos quitamos la mirada de nuestros ojos mientras hacía ese acto.

Bajo sus dedos lentamente hasta mi muñeca, su tacto despertaba en mí muchas sensaciones que jamás había sentido con nadie más y eso era extraño, Abel tomó mi mano, y luego, puso un objeto frío en la palma de ésta misma cerrándola.

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