Capítulo 37 - PRIMERA PARTE

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CAPÍTULO 37

[Resistencia]

LILITH

DÍA 1.

Abro los ojos con un dolor de cabeza horrible, siento como si fuese a explotarme en cualquier momento. Mi garganta no me ayuda pues siento algo de irritación en ella. Y ni hablar de la sensación de náuseas. Joder, voy a vomitar.

Siento como si en cualquier instante fuese a morirme.

Intento llevarme las manos a la cabeza para intentar sobarme un poco y tratar de calmar el dolor como si eso fuese posible, pero me es imposible cuando mis manos no acceden aquel acto.

Frunzó mi ceño y es entonces cuando caigo en cuenta del amarre de grilletes en mis muñecas apretando fuertemente y la cadena gruesa que las acompaña, no podía pasar desapercibida que la cadena estaba pegada a la pared evitando que yo escapará.

Mis tobillos estaban exactamente igual de sujetados.

Estaba amarrada como si fuese un puto animal salvaje.

El lugar en donde estaba no me aliviava en lo absoluto pues era un lugar espantoso. Era una habitación pequeña. Cuatro paredes que si en algún momento estuvieron blancas esta vez no era el caso ya que estaban llenas de polvo y suciedad al igual que el piso. No había nada más y el simple hecho de eso era espantoso.

No sé cuánto tiempo estuve dormida pero ahora podía fijarme por la pequeña luz que entraba por debajo de la puerta que era de día.

Los recuerdos empezaban a llegar como un tsunami a mi cabeza. Cuando recién me había despertado no sabía lo que pasaba pero ahora recordé como había llegado hasta acá. Recordé al enmascarado. Recordé que me durmieron. Y recordé la traición de Aamon.

Mi pecho se oprimío tan solo recordar su último beso. Su mirada. Sus palabras y su puta traición que no podía sacarla de mi cabeza.

Me había entregado.

Sin siquiera provocarlo mis ojos empezaron a cristalizarse cuando por fin caí en cuenta de que estaba secuestrada, secuestrada por el enmascarado y que Aamon me había entregado.

Y esque me había aferrado a la idea de que toda esta mierda fuera una maldita pesadilla y aunque intenté muchas veces cerrar mis ojos al abrirlos seguía en el mismo lugar, seguía amarrada, seguía secuestrada y no con mis demonios.

Quería gritar, llorar y golpear a cualquier cosa que se interpusiera en eso pero no podía, no mientras estaba encadenada.

Intenté jalar mis muñecas para ver si había alguna manera de liberarme pero aunque pudiera no saldría de aquí, porque sentada desde donde estoy en ese feo piso podía ver claramente que aquí no había ninguna salida, solo esa puerta frente a mí que se mantenía cerrada y estoy segura que hay hombres vigilando.

«Bien, Lilith, cálmate, no es la primera vez que estás secuestrada, vamos a salir de esta, tú puedes» intenté motivarme un poco pero las esperanzas de salir con vida de aquí eran muy pocas.

Nisiquiera sabía si los hermanos eran capaces de rescatarme, si les importaba aunque sea un poco, si harían todo lo posible para tenerme de vuelta.

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