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Extra I

EXTRA I

AAMON

*Sucesos ubicados día después del capítulo 28*

Pensaba que era un jodido idiota, lo era pero, ¿Por qué mierda lo pensaba?

No sabía el porque de mi reacción. Estaba completamente jodido.

Me estaba arrepiento, estaba dudando de la decisión que había tomado.

No, no puedo estar dudando, lo tenía muy claro, ella no me importa, Lilith no me importa, solo la quería matar, utilizarla para matarla, solo era eso.

Pero ¿Por qué mierda me había puesto celoso al encontrarla con el idiota de mi primo en la misma cama?

Y aun que mi actitud no fue la correcta no pude evitar sentir esa sensación que describían todas esas personas cursis en el estómago cada vez que veían a la persona que querían con otra.

—Eres una gran zorra de mierda.

Por un momento me arrepentí igual de mis palabras, no fueron las correctas, me había exaltado y no supe cómo reaccionar ante aquella escena.

Nunca había pasado por algo así y no sabía que se hacía en esos casos, más porque me hice creer a mí mismo que ella no era alguien de importancia, que me valía mierda lo que hiciera con su vida, que se follara a los que quisiese, pero que no se fuera, porque si lo hacía entonces no podría completar mi venganza.

Pero ahora que hizo todo aquello no podía evitar que mi pecho tuviese esa sensación, que se oprimiera cada vez que lo pensaba. Reprimí todas esas emociones tratando de encontrar algo que me hiciera detestarla más, porque no quería sentir, no quería, menos de ella.

Entonces me obligué a recordar que había follado a mi primo. Pero ese recuerdo solo causaba que quisiese partirle la cara a Connor por ello y que mis emociones hicieran vuelco dentro de mí hundiéndome cada vez más con ellas.

¿Qué me pasaba? ¿Por qué de la nada me enojaba lo que había hecho alguien que no me importaba?

Y lo peor.

Me había puesto celoso.

Mierda.

Por más que quise desaparecer aquella sensación y olvidar el hecho de que mis pensamientos fuesen correctos no pude, me lo repetían cada instante.

Estaba cayendo en algún tipo de hechizo por ella y no quería, no quería caer.

Ella era la que te tenía que caer, no yo, quería que se retorciera en su propio dolor, quería verla acabada, que me rogara mientras se arrastraba por su propia vida. No está mierda que está sucediendo.

Quería, en tiempo pasado, porque ahora de solo pensar aquello me daban ganas de vomitar por mis propias ideas estúpidas, era un jodido idiota de nuevo. De solo pensar en que pude haberlo hecho, pude haberla asesinado en cuanto estuvo frente a mí me daba asco y un escalofrío recorría todo mi ser. Mi pecho dolió sin ninguna razón coherente para mí, talvez el hecho de esos pensamientos me habían removido algo. Pude haberlo hecho, sin embargo, mis impulsos decidieron hacer lo contrario y talvez solo talvez por primera vez agradecí a mis impulsos.