Vic
Se miró en el espejo una última vez, suspirando, y alcanzó su sudadera de colores.
Al terminar, miró a su alrededor y abrió el cajón de su mesita de noche. Sacó la gomita negra y se ató el pelo de forma despreocupada.
Kristian
Se miró en el espejo una última vez, suspirando, y alcanzó su chaqueta azul.
Al terminar, miró a su alrededor y abrió el cajón de su mesita de noche. Sacó los auriculares y los conectó, después subió el volumen y metió las manos en los bolsillos.
Vic
Terminó de atarse los cordones de las viejas converse negras. Puso una mueca al ver que tenían un agujerito diminuto junto a la suela.
Kristian
Cuando la música empezó a sonar, se miró en el espejo y se guardó el móvil en el bolsillo. Puso una mueca al escuchar una canción que no le gustaba.
Vic
Frunció el ceño al no encontrar su bolso.
Salió de la habitación y fue al que había bautizado como el pequeño salón-comedor-cocina de su diminuto piso. Miró en el sofá, pero ahí no estaba. Miró en el cuarto de baño, pero tampoco. Finalmente, volvió a la habitación y se agachó junto a la cama, apartando las sábanas para mirar debajo.
Ahí, entre los botines que había usado el día anterior, estaba su bolso. Vic sonrió y estiró el brazo para alcanzarlo.
—Ahí estás.
Ya empezaba a hablar sola.
Pero no pudo pensarlo por mucho rato. No quería llegar tarde. Se ajustó el bolso sobre el hombro y alcanzó su abrigo. Finalmente, se aseguró de que todo estaba en orden, agarró las llaves y salió a las escaleras del edificio.
Kristian
Se metió la cartera y las llaves en los bolsillos y cruzó la casa.
Antes de salir, echó una ojeada tras él.
Vic
En cuanto abrió la puerta de su piso, una oleada de frío le heló los huesos. Ya era de noche. Odiaba salir de casa de noche.
Kristian
En cuanto abrió la puerta de su casa, agradeció el aire frío. Ya era de noche. Le encantaba salir de casa de noche.
Subió al coche y condujo rápidamente hacia el centro de la ciudad. No tardó en dejarlo aparcado.
Vic
Se ajustó mejor el abrigo y se metió ambas manos en los bolsillos, avanzando hacia la izquierda.
Kristian
Se ajustó mejor la chaqueta y movió la cabeza al compás de la música, avanzando hacia la derecha.
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Sempiterno
Romance"Sempiterno: una vez empezado, no tiene fin." Este libro es la segunda parte de Etéreo, que está disponible en mi perfil :)