Capítulo II: "El Inicio de nuestras Vidas"

1.8K 159 47
                                    

SIETE AÑOS ATRÁS

BANGKOK, TAILANDIA

BANGKOK HOSPITAL

LISA'S POV:

— Hola Apiya, ¿qué tal tu tarde?. —pregunté, recargándome en el mostrador de la recepción, viendo a la mujer mayor, trabajar en la computadora—. ¿Ya almorzaste?, puedo llevarte a un lugar bonito.

— Toma y deja de molestarme, engendro. —dijo ella, colocando sobre el mostrador uno de los gafetes que las visitas especiales utilizaban, y deslizándolo hacia a mi. Yo reí al escucharla y tomé el gafete entre mis manos—. Y deja de estar coqueteando conmigo, que le diré a tu novia lo que estás haciendo.

— Oye, no hay que ser extremistas. —retrocedí unos pasos y levanté mis manos a la altura de mis hombros, dejándole en claro que me rendía—. Pero ya que la mencionas. ¿Sabes si se encuentra en su habitación?

— Si Panpriya, Jennie acaba de volver de sus exámenes. —yo asentí a las palabras de la mujer frente a mi y mi rostro se volvió un poco serio—. No ha sido un buen día para ella. —informó, viéndome directamente a los ojos—. No ha querido almorzar y mucho menos tomarse la medicina.

— No te preocupes, yo me encargaré de que lo haga. —aseguré con seriedad y Apiya, sonrió cómo muy pocas veces lo hacía—. Bueno, me tengo que ir, nos vemos luego, guapa.

Apiya, me sacó el dedo del medio y eso provocó mi risa. Me despedí de ella con la mano, antes de aventurarme por los pasillos de aquel hospital, que conocía cómo la palma de mi mano. Entré al elevador junto a varios enfermeros y doctores que no dudaron en saludarme. La mayoría de ellos, me habían visto crecer en este lugar.

Había empezado a frecuentar el hospital, justo dos meses de la muerte de mi madre. Apenas tenía seis años, cuando el cáncer me la arrebató y me dejó únicamente con mi padre. En ese entonces, desarrollé un apego emocional por mi padre, casi enfermizo que me hacía no querer estar lejos de él, en ningún momento, temiendo que de ser así, me quedaría sola. Mi padre al saber esto, no le quedó de otra que traerme con él, todos los días al hospital. Conforme fui creciendo, el apego emocional desapareció, pero amaba tanto estar aquí, que todos los días, después de salir de la escuela, llegaba al hospital.

Años atrás, lo hacía para jugar con los niños del área de pediatría. Ahora, únicamente por mi novia, a la cual había conocido en este lugar de una forma un tanto peculiar.

— Pranpriya, ya llegamos a tu piso. —la voz de uno de los enfermos me sacó de mis pensamientos. Parpadeé varias veces, volviendo a la realidad y dando dos grandes zancadas, salí del elevador—. ¡Saludame a Jennie!.

— ¡Claro!. —respondí, mientras caminaba por el pasillo hasta la habitación de Jennie. Mis manos iban aferradas a las correas de mi mochila y en mi rostro había una sonrisa que le daba a todos los que veía en mi camino. Me detuve, cuando llegué a la habitación 2411. Solté un largo suspiro antes de golpear la puerta.

— Adelante. —Escuché a Jennie, decir desde adentro y de inmediato una sonrisa boba a apareció en mi boca.

Abrí la puerta lentamente y asomé la cabeza por el espacio que había quedado entre el marco y la puerta. Ahí estaba ella, sentada a la mitad de la camilla, con su vista fija en la portátil.

— ¿Cómo está la novia más hermosa del mundo?. —Jennie al escucharme. Se giró rápidamente y saltó de la cama para ir hacia a mi y abrazarme con mucha fuerza, casi tirándome al suelo—. Hey princesa, yo también te extrañé.

— Tardaste mucho. —dijo, con la voz quebrada y por lo ronca que se escuchaba, podía asegurar que había llorado—. Creí que ya no vendrías. —yo, acaricié su espalda con delicadeza al escuchar cómo empezaba a llorar—. Tenía miedo de que decidieras dejarme. Aunque no te culparía si lo hicieras. Mereces a alguien mejor que yo. Alguien con quien si puedas salir a tomar un helado y que no tenga prohibido dejar el hospital, por miedo a que su corazón se detenga con unos cuantos pasos.

The Plan [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora