AL DÍA SIGUIENTE
GANGNAM, SEÚL
JENNIE'S POV:
— Señorita, hay demasiados periodistas fuera de la empresa. Será imposible entrar. —dijo Taehyung, viéndome por el espejo retrovisor—. Por su seguridad, lo recomendable es quedarse aquí hasta que se vayan.
No respondí, solo me dediqué a ver con detenimiento desde la ventana del auto, a la horda de periodistas que obstaculizaban la entrada de SINOPEC, nadie podía salir y entrar con tranquilidad sin ser atacados por preguntas. Dirigí mi mirada hacia otro lado, viendo cómo algunos de empleados esperaban a entrar y se veían entre sí, sin saber que hacer.
Sabía que el escándalo de la noche de ayer, en donde arrestaron al mal agradecido de Woo-shik, que todo esté tiempo se había beneficiado de mi empresa; se había convertido en la noticia del día, esa en la que todos querían una primicia. Pero no podía permitir que eso detuviera los labores de una empresa tan grande cómo SINOPEC.
— Se que lo mejor es quedarme aquí dentro, pero no puedo permitir que esa gente de allí, evite que mi empresa funcione con normalidad. —le dije a Taehyung, viéndolo por una milésima de segundos, antes de sacar del interior de mi bolso un par de gafas oscuras y colocarlas sobre mi rostro, cubriendo con ellas todo lo que estaba sintiendo en ese momento—. Por favor, abre la puerta y escoltame hasta el interior de la empresa.
— Pero señorita, yo creo que...
— No te pedí una opinión, Taehyung. Te di una orden. —dije con molestia—. Así que o abres tú o lo hago yo sola.
— En seguida señorita Kim.
Rápidamente, el hombre se quitó el cinturón de seguridad y salió de la camioneta dejándome completamente sola por unos segundos. Esperé más de lo debido hasta que por fin la puerta se abrió; pero fue grande mi sorpresa cuando vi a Lisa meterse rápidamente al asiento trasero, quedando al lado mío.
— ¿Qq.. qué haces?. —pregunté, al verla quitarse los lentes de sol que utilizaba y dejarme ver esos maravillosos avellana que tanto adoraba ver.
— Necesitaba verte. —dijo, tomando mis propios lentes, para poder verme directo a los ojos—. Ayer no pudimos hablar bien de lo sucedido, porque de un momento a otro desapareciste.
— Lo sé, me fui sin avisar, lo lamento. —respondí, bajando la mirada con pena—. Se que tuve que decirte por lo menos 'adiós', pero tenía mucho en la cabeza y debía de estar sola y prepararme para todo lo que se vendría hoy.
— Pero se supone que para eso estoy yo, para ayudarte con lo que necesites. —poco a poco, Lisa se fue acercando hasta esconder su rostro en mi cuello y acariciar mi piel con su nariz—. No sólo somos compañeras de cama, sabes que siento mucho por ti, así que puedes contarme lo que sea. No estás sola en esto, puedo ser tu confidente y aconsejarte cuando lo necesites. Solo confía tu vida en mi.
— Lalisa, yo también siento mucho por ti. —mis ojos se apretaron cuando sus dientes tocaron mi piel con delicadeza—. Pero entiende, quería tiempo a solas.
— Lo entiendo, solo prométeme que a partir de ahora, me dirás todo lo que pase por tu mente. —pidió, descendiendo su mano entre nuestros cuerpos hasta llegar al borde de mi vestido y acariciar con la yema de sus dedos mis muslos, haciéndome perder la razón—. Dime qué solo acudirás a mí y seré con quién consultes todo antes de actuar. Solo yo, Jennie. Dímelo, necesito escucharlo.
Su mano, poco a poco fue ingresando hasta llegar a mi centro y pasar sus dedos sobre la tela de mi ropa interior. Mierda, ella sabía cómo conseguir lo que quería.