GANGNAM SEÚL
YANG PETROLEUM & CHEMICAL CORP
JENNIE'S POV:
— ¿Qué estás insinuando?. —pregunté, girándome entre sus brazos y juntando mi mirada con la suya. Sus ojos estaban cristalinos y tenían un deje de tristeza—. Woo-Shik, dime por favor que estás tratando de decir.
Él, se soltó de mi y retrocedió unos pasos sin apartar su mirada.
— Mi mente cree que tu y Lisa, tienen algo. —Un nudo se formó en mi garganta—. Se que puedo estar equivocado, pero es lo único en lo que pude pensar después de verla seguirte al baño y encerrarse contigo por más de veinte minutos.
— ¿Es esa la razón por la cual volviste mi oficina un jardín?.
— Si. —respondió, bajando la mirada—. Conozco muy bien Lisa y se que tiene a las mujeres que quiere. Así que hice todo esto para demostrarte que te amo y que ella no tendrá el camino fácil.
Lo observé fijamente por varios segundos en completo silencio. Por su expresión y la forma temerosa en que las palabras salían de su boca, sabia que no estaba seguro de lo que había pasado en el interior del baño y eso era un punto para mi.
— Woo-Shik, nada de lo que te imaginas pasó. —respondí y él, levantó su cabeza rápidamente—. Si, tienes razón cuando dices que la señorita Manoban, fue detrás de mi y pasamos varios minutos en el baño. Pero ella, solo me ayudó.
— ¿Ayudarte con qué?. —preguntó, con interés—. ¿Cosas de chicas?.
— Tuve un ataque de pánico. —mentí—. Me costaba respirar, mis brazos temblaban y sentía mis pulmones fallar. Cuando la señorita Manoban entró y me vio, cerró la puerta con seguro para que nadie molestara y me ayudó a controlarme.
— Cariño... —Woo-Shik, se acercó a mí y me tomó de las manos con dulzura—. Hace tiempo que no tenías un ataque de pánico. —Yo asentí, bajando la cabeza para que no pudiera ver cómo trataba de evitar reír—. Debiste llamarme y yo pude ir a servirte de apoyo. Soy tu novio y es mi obligación estar cuando me necesites.
— Sé, que debí de hacerlo, pero simplemente no pude. —volví a mentir, esta vez, viéndolo a los ojos—. ¿Me perdonas por no decírtelo?.
— ¡Claro que si, cariño!. —respondió y en un ágil movimiento pegó su boca a la mía.
Mis ojos se apretaron con fuerza y quise alejarlo de mi, pero eso sería ponerme en evidencia. Le había prometido a Lisa, no decir o demostrar que teníamos algo, al menos por ahora.
— Te amo. —susurró, sobre mis labios antes de separarse y verme con una tierna sonrisa.
— Gracias. —respondí, soltándome de él y caminando hasta el otro lado del escritorio. Me dolía saber que en algún momento rompería su corazón, pero era él, quien se estaba entregando por completo cuando teníamos muy poco tiempo siendo novios—. Y gracias por todas estas flores, pero no era necesario. Sabes que te pertenezco solo a ti.
— Lo sé, es por eso que quiero que vayas a mi apartamento hoy en la noche. —comentó, mientras yo tomaba varias carpetas y las ponía entre mis manos—. Voy a preparar una cena y luego podemos pasar a mi habitación para tener un momento inolvidable enredados en las sábanas de mi cama.
— Me parece un plan perfecto. —respondí, sin verlo—. Si quieres, podemos hablar de ello más tarde, pero por ahora necesito que vayamos ala sala de juntas que mi padre y la señorita Manoban, ya deben estar impacientes.
— Claro, cariño. —dijo, acercándose a mi y tomando las carpetas para llevarlas él—. Por cierto, le daré las gracias a Lisa, por ayudarte ayer con tu problema.