GANGNAM, SEÚL
LISA'S POV:
La venganza, es cómo un juego. Gana el que sigue sus propias reglas y el que crea estrategias que lo hagan coronarse cómo el vencedor. Cobrar venganza no siempre es color de rosa. Muchas veces te darás cuenta que la astucia no es suficiente para ganar, pero es en esos momentos donde debes de recordar que las estrategias pueden ser levemente cambiadas para jamás perder.
Y si yo, tenía que mostrarme cómo alguien que no era para conseguir la victoria, lo haría sin dudarlo.
Era mi juego y yo lo iba a ganar.
Sacudí mi cabeza lentamente alejando esos pensamientos por ahora y decidí centrarme en lo que realmente importaba. Tener a Jennie comiendo de mi mano.
La vi caminar de un lado a otro con el teléfono pegado en la oreja mientras yo me mantenía recargada en mi auto, esperando a que su estupida amiga sin modales, llegara de una vez por todas.
— Vamos Jisoo, solo serán un par de horas. —la escuché decir y puse los ojos en blanco. Me asqueaban las personas que suplicaban algo de atención. ¿Es que acaso no tenían amor propio cómo para divertirse sin alguien más?—. Si lo sé... bueno, esta bien, nos vemos allá.
Ella colgó el teléfono y le metió dentro del su bolso de mano, antes de caminar hacia mi con el rostro triste.
— ¿Sucedió algo?. —pregunté, fingiendo preocupación—. ¿Su amiga tardará en llegar?.
— Ella no vendrá. —respondió, soltando una bocanada de aire y desviando su mirada hacia otro lado—. Dice que tuvo un día bastante agotador y ya se acostó a dormir. —Jennie, negó con la cabeza–. La entiendo, ha pasado buscando un apartamento desde que llegó y además está tratando de escribir un nuevo libro. Que tonta fui al creer que Jisoo, vendría aquí conmigo.
La observé con atención y mientras ella veía al suelo, hice una mueca de asco ante lo sentimental que era.
— Si usted desea, puede irse y dejarme aquí. —dijo juntando su mirada con la mía. Sus ojos estaban cristalizados, ¡Qué mujer más ridícula!—. Pediré un Uber para que me lleve a mi casa.
— No es necesario, yo puedo llevarla. —ofrecí—. No tengo problema en hacerlo.
— Muchas gracias por la oferta, pero quiero quedarme aquí y comer algo ya que aún no he cenado. —informó Jennie, viendo hacia el restaurante—. Hace tiempo que no vengo a este lugar y quisiera pasar un buen momento aquí.
— Entonces la acompaño. —dije y ella abrió los ojos con sorpresa al ver que le tendía la mano, para que la pudiera tomar—. Yo tampoco he cenado y pensaba hacerlo al volver a mi apartamento; pero en vista de que usted lo hará en este lugar, he decidido quedarme para hacerle algo de compañía y que no la vean cómo una mujer triste, que come sola.
Ella sonrió con mi comentario y observó mi mano por unos segundos antes de tomarla. Crei que diría algo más antes de entrar, pero me sorprendí cuando ya estaba siendo arrastrada por la empresaria hacia el interior del restaurante, que si bien no era el mejor de Gangnam, era llamativo y con un toque juvenil y rústico.
— Buenas noches, bienvenidas a Morso di Italia. —dijo el chico de la entrada— ¿En que les podemos ayudar?.
— Una mesa para dos. —pidió Jennie y el chico le dio una cálida sonrisa antes de acercarse a otro chico y dejarlo en su lugar, mientras el nos encaminaba hasta nuestra mesa. Jennie, en ningún momento soltó mi mano y yo estaba enloquecido porque lo hiciera. No lo soportaba.
— Aquí esta, señoras. —dijo él chico con amabilidad, en el momento en que llegamos a una mesa alejada del resto. No habían mesas en un diámetro de cuatro metros, por lo que tendríamos bastante privacidad para hablar sin ser escuchadas—. En seguida un mesero vendrá a tomar us pedidos.