Aquellos que nos elevamos hasta lo más alto, también caemos.
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AL DÍA SIGUIENTE
GANGNAM, SEÚL
OMNISCIENTE'S POV:
8:30 A.M.
Un día normal,
Un día ordinario cómo los demás.
Jennie, abrió la puerta de su refrigerador, sacando la caja de leche y la mantequilla del interior, antes de volver a cerrarla y dar la media vuelta quedando frente a la encimera, donde ya su desayuno se encontraba servido.
Ella, no era una amante de las mañanas, mucho menos de prepararse el desayuno antes de irse al trabajo. Pero aquella mañana particularmente, se sentía demasiado feliz, cómo para tomarse el tiempo de consentirse un poco.
Era una lástima que su felicidad fuese a durar tan poco.
Un suspiro de cansancio salió de los labios de Jennie, cuando escuchó el sonido del elevador llenar sus oídos y seguido de ello, un par de pasos retumbaron en todo el penthouse, alertándole de la presencia de alguien más.
— Buenos días, mi amor. —Woo-shik, dijo con alegría, dejando varias bolsas de comida sobre la encimera—. ¿Por qué no esperaste a que volviera con el desayuno?. Creí haberte dicho que no tenías que hacer ningún esfuerzo.
— Y yo creí haberte dicho que te quería fuera de mi penthouse. —Jennie, soltó con enojo, untando un poco de mantequilla en su rodaja de pan tostado—. Si ayer dejé que te quedaras a dormir en el sofá, fue únicamente porque era demasiado tarde y estaba cansada de insistir que te largaras. Pero hoy es un nuevo día, así que fuera ahora mismo o le diré a Taehyung que venga y te saque a rastras.
La felicidad que desbordaba el rostro de Woo-shik, desapareció con las palabras de Jennie y sus ojos se entrecerraron al mismo tiempo en que sus manos se apretaban en puños.
— No puedes echarme, estás esperando un hijo que es mío. —le recordó, tratando de no perder la calma—. Es mi derecho estar aquí y cuidar de ambos.
Jennie, soltó una sonrisa sarcástica al escucharlo. Que iluso podía llegar a ser Woo-shik.
— No soy una estúpida, se cuidar de mi misma sin tenerte aquí, ocupando un espacio que no te pedí. —Jennie le hizo ver, dejando su comida de lado, para centrarse en el hombre que ahora mantenía el rostro totalmente rojo—. Tú y yo, ya no somos nada, ni lo volveremos a ser, porque esté embarazada. Yo, ya amo a alguien y sabes bien de quién se trata.
— ¡Esa hija de puta no te quiere!. —gritó Woo-shik, fuera de control—. Lalisa, es un ser despreciable, no sé cómo puedes decir que la amas. Esa perra solo quiere acabarte y dejarte por el suelo.
— ¡No voy a permitir que hables de la mujer de mi vida, de esa manera!. —Jennie exclamó, golpeando la encimera con la palma de su mano con tanta fuerza, que el sonido resonó por todo el penthouse—. ¡Escúchame bien!. Lisa, sería incapaz de hacerme algún tipo de daño. Ella me quiere. No. Me ama, tanto que creyó que lo mejor sería alejarse, pero hoy mismo le haré saber que solo a ella es a quien quiero a mi lado.
— ¡No pienso permitir que esa mujer conviva con mi hijo!.
— Lo que tú pienses me importa poco. —Jennie respondió—. Cuando tú, seas un hombre funcional, que pueda darle a mi hijo la vida que se merece sin nada de carencias, entonces podrás opinar sobre mi, mientras no sea así, te pediré por última vez que te largues de aquí y me dejes en paz.