**FLASHBACK**
UN DÍA ATRÁS
PENTHOUSE DE LISA
LISA'S POV:
— Creí que pasaría todo el día metida en ese maldito y asqueroso lugar. —comenté, saliendo del elevador y lanzando sin cuidado alguno, las llaves de mi auto sobre el recibidor de la entrada—. Nunca más permitas que me arresten.
— Tú misma te lo buscaste. —dijo Rosé, caminando detrás de mí—. Sigo sin entender por que decidiste intervenir en una conversación, dónde nunca fuiste mencionada y mucho menos eras la principal afectada.
— Te dije, que era parte de mi plan. —respondí, dejando mi abrigo sobre una esquina del sofá, antes de dejarme ir de espaldas sobre el—. Y será mejor que te detengas con ese maldito tema. No quiero hablar de eso por ahora, así que si no piensas hacer o decir algo más, será mejor que te vayas a tu apartamento, que con este dolor de cabeza tengo suficiente.
— Déjame ver que encuentro en la cocina que pueda ayudarte. —la escuché decir y solo me limité a asentir, mientras me mantenía en la misma posición, con los ojos cerrados.
Realmente, no existía tal dolor de cabeza, pero quería que Rosé, dejara de écharme en cara lo que había hecho en el Penthouse de Jennie. Era muy consciente que había actuado mal. Que había dejado que aquellos sentimientos que salieron a relucir horas atrás en el baño de la habitación de hotel, me dominaran.
Lo mejor que podía hacer en este momento, era ponerme un alto o terminaría hechando todo a perder. Debía de seguir el plan al pie de la letra, no dejar esos sentimientos arruinaran nuestros avances.
Abrí mis ojos cuando escuché mi teléfono sonar. Una de mis manos, se extendió hasta tomar el teléfono del bolsillo de mi abrigo y sin ver de quién se trataba, contesté.
— Manoban. —respondí, volviendo a cerrar mis ojos.
— ¡Vaya, hasta que respondes!. —exclamó Namjoon, del otro lado. En su tono de voz, podía identificar su molestia—. He intentando comunicarme contigo desde las putas 6 de la mañana y nada que contestas el teléfono. ¿Lo llevas únicamente de adorno?.
— No estoy para sermones, Namjoon. —dije, cansada de su berrinche—. Di lo que tengas que decir y déjame en paz.
— Estoy seguro que después de que escuches lo que tengo por decir, lo que menos querrás, es que te deje en paz. —mis ojos se abrieron al escuchar su cambio de voz—. Lalisa, algo sucedió esta mañana.
— Si, entraron al Penthouse de Jennie, ya lo sé. —me apresuré en hablar—. Yo estuve ahí y...
— No hablo de eso. —Namjoon, me interrumpió—. Algo sucedió en el sistema financiero de la empresa, en la madrugada.
Al escucharlo, mis ojos se abrieron con asombro y en un acto reflectivo me coloqué de pie, caminando hasta el ventanal y viendo desde lo alto los autos movilizarse en la calle.
— Se más claro. —pedí, casi en un susurro.
— está mañana, cuando entré a la sala de cómputo con la intención de ver las grabaciones que las cámaras de seguridad habían hecho durante noche, encontré en uno de lo computadores, una alerta por parte del programa que junto a Rosé desarrollamos y enlazamos a todos los sistemas de SINOPEC. —asentì con la cabeza, llevando el hilo de la conversación—. Cuando me acerqué para verificar de que se trataba, me llevó directo al sistema financiero de la empresa, mostrándome las últimas dos transferencias hechas. Ambas entraron a las 2 de la mañana, con solo un minuto de diferencia entre ambas.