GANGNAM, SEÚL
MIRADOR DE GANGNAM
ROSÉ'S POV:
Durante toda mi vida, soñé con este momento. Ese donde me encontrara sentada al lado de una hermosa y maravillosa chica, admirando las estrellas junto al resplandor de la luna, rodeadas de soledad e iluminadas por la suave luz de farolas que me hicieran admirar su rostro de una mejor forma.
Aunque debía de aceptar que esto, era mucho más perfecto que en mis sueños.
Mi mirada, se apartó del cielo cuando vi un vaso de cartón ponerse frente a mis ojos. Con cuidado giré mi rostro encontrándome con Jisoo, quien con su otra mano me extendía mi hamburguesa para que yo la pudiera tomar.
— Gracias, Letritas. —le dije, tomando la malteada y la hamburguesa entre mis manos, con sumo cuidado.
— Te estuve hablando hace unos segundos y parecías perdida viendo hacia el cielo. —me dijo, mientras tomaba su propia comida y la colocaba sobre sus piernas con cuidado de no derramar nada—. ¿Pensabas en algo?.
— Si, estaba recordando en que ya había soñado con este momento. —confesé, viendo hacia el frente, sintiendo la mirada de Jisoo, sobre mi.
— ¿Y era así de bueno, o aún le falta para compararse?. —preguntó ella y en su tono de voz, pude notar algo de inseguridad.
Giré mi rostro para encontrarme con el de Jisoo y en un rápido movimiento, dejé mi malteada sobre el capot del auto, antes de extender mi mano y tomar la ella, con delicadeza.
— Este momento, es aún mejor de lo que soñé. —le dije con dulzura, provocando que se sonrojara tiernamente—. Y todo gracias a ti.
— Si tu misión esta noche es enamorarme, vas por buen camino. —me dijo Jisoo, con un tono burlón; pero tanto ella cómo yo, éramos conscientes que había dicho esas palabras con total sinceridad—. Bueno, gracias por el halago, pero... ¿podemos comer?, me muero de hambre.
— Cómo pidas, bonita. —le dije, dándole un guiño antes de quitarle la envoltura a la hamburguesa y llevarla a mi boca. Mis ojos se cerraron con satisfacción en el momento en que di la primera mordida. Maldición, esta bien podría ser categorizada cómo comida de Dioses—. Hay por Dios, es delicioso.
Con dificultad dije, alejando la hamburguesa de mi boca, viendo cómo el queso derretido se estiraba hasta romperse y pegarse desde mis labios hasta mi mandíbula, provocando una risita casi infantil en Jisoo.
— Eres una bebé. —me dijo, pasándome una servilleta para poder limpiar el pequeño desastre que yo misma había provocado.
— No soy una bebé. —comenté, limpiando el queso y dejando la servilleta sucia sobre mi pierna en caso de que la necesitara de nuevo—. Fue solo un accidente.
— Claro que fue un accidente, pero eso no quita que seas una bebé. —fruncí mi ceño ante su insistencia, lo que provocó una sonrisa juguetona en Jisoo—. Vamos, no me veas así. Sabes tan bien cómo yo, que eres una pequeña bebé que necesita cuidados y mimos.
— ¿Y tú me los vas a dar?. —pregunté, alzando una de mis cejas.
— Si me lo permites, tal vez. —sonreí de lado tratando de mostrarle que su coqueteo no me había afectado en nada; pero la realidad era, que por dentro saltaba cómo un pequeño niño al que sus padres le decían que Santa le había traído regalos por ser muy bueno.
— Ya lo veremos más adelante. —le dije, tratando de sonar lo más normal posible, mientras volvía a morder mi hamburguesa y bebía de mi malteada—. ¿Por qué mejor no aprovechamos este momento y me cuentas un poco más de tí?.