GANGNAM, SEÚL
LISA'S POV:
— Ya casi llegamos. —dije, conduciendo con una sola mano, mientras que la otra jugueteaba con los dedos de Jennie, tratando de mantenerla en calma. Lo que menos quería en este momento, era lidiar con ella y sus estupidos ataques de pánico.
Teníamos aproximadamente 25 minutos de haber salido del hotel y la mitad del tiempo se nos había ido en estar estancadas en el maldito tránsito de Gangnam, de no ser por mi maravillosas habilidades al volante, seguiríamos sin siquiera movernos.
— Lisa, detén el auto. —pidió Jennie, al ver que estábamos a pocos metros del edificio—. Déjame aquí y vete a tu casa. —La observé sin entender—. Tú, no puedes estar aquí, el responsable puede estar cerca y no quiero que te ve...
— Iré contigo. —hablé decidida, volviendo mi atención al frente.
— Por favor. —Jennie dijo en suplica—. Sabes lo peligroso que es, que nos vean juntas, podrían...
— Basta Jennie, te dije que iría contigo y eso haré. —dije con seriedad, deteniendo el auto—. No tienes de que preocuparte, nadie va a sospechar nada. No lo han hecho en este tiempo, mucho menos lo harán ahora. Así que quédate tranquila y vayamos de una vez por todas a tu penthouse que Rosé y Jisoo, nos esperan.
Sin darle tiempo a decir algo, quité de mi cuerpo el cinturón de seguridad y salí del interior del auto, importándome poco lo que Jennie, tuviera que decir. No podía dejar que su sentimentalismo y falsa preocupación me impidiera investigar más de este inesperado robo.
Jennie, no era capaz de sentir preocupación por nadie, que no fuera ella misma. Eso lo había dejado muy en claro 7 años atrás.
Salí de mis pensamientos cuando escuché la puerta del auto cerrarse y segundos después Jennie ya estaba caminando a mi lado con rumbo a la entrada del edificio que era custodiada por varios oficiales, quienes al vernos no dudaron en prohibirnos el paso.
— Lo siento señoritas, en este momento no es posible pasar. —dijo uno de ellos.
— Dejalas pasar Young, una de ellas es la chica que el jefe está esperando. —otro oficial, se adelantó en responder por nosotras—. Así que no pongas peros o conseguirás un serio problema por intervenir con la investigación.
— Lo siento señoritas, pasen adelante. —dijo el primer oficial totalmente apenado, mientras abría el paso, permitiéndonos a Jennie y a mi, entrar al edificio.
Al ingresar, lo primero que encontramos, fue al equipo de peritaje, metiendo dentro de una bolsa negra el cuerpo sin vida del hombre de seguridad, que aún se mantenía cubierto por una manta blanca, con manchas de sangre encima.
— ¡Dios mío!. —escuché a Jennie, exclamar.
— No pongas atención, solo sigue caminando —le dije, antes de tomar una de sus manos y arrastrarla hacia el elevador.
En completo silencio, entramos en la caja metálica, viendo atentamente los números cambiar en la pequeña pantalla hasta detenerse en el último piso. Cuando las puertas del elevador se abrieron, vi el escuálido cuerpo de la chica a mi lado, salir disparado al interior del penthouse.
A paso lento pero seguro, abandoné el elevador e ingresé al penthouse, sintiendo la mirada de todos los oficiales ahora sobre mi. Algunos me veían con interés y el resto cómo depredadores, atentos a su nueva presa.
Malditos cerdos.
Sin darles importancia, seguí caminando hasta llegar al lado de Rosé, quien se mantenía recargada en una pared alejada de todos, observando atentamente a Jisoo y Jennie, abrazarse entre sí.