Enamorada de mi psicólogo©

Capítulo 33

El capítulo de hoy va dedicado para una lectora super hermosa que siempre me dá ideas para el libro y me pide que le dedique un capítulo. Ésa persona es tisianadelgado espero que te guste el capítulo hermosura❤.

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No pasaron ni dos segundos cuando lo veo que vuelve. Escaneo su cuerpo, sus piernas tonificadas, su abdomen bien marcado, sus brazos muy bien formados, su pecho todo perfecto, su mandíbula remarcada, todo él es perfecto.

Muerdo mi labio al verlo completamente desnudo, él se dá cuenta de que me lo estoy comiendo con la mirada porque sonríe pícaro y también me mira comiéndome con la mirada y se muerde el labio.

Llega hasta mi y me sonríe.

- ¿Qué fuiste a buscar? -acaricio sus hombros y lo miro fijamente.

- No me mires así -advierte.

- ¿Así cómo? -vuelvo a mirarlo y acaricio sus pectorales.

- Una vez más que me mires así princesa y no vas a poder sentarte ni mucho menos caminar en un mes -siento como mi cara se pone roja totalmente. Muerdo mi labio y sonrío.

- ¿Qué me dirías si te digo que no quiero caminar en mucho tiempo? -arquea una ceja y sonríe.

- Si mi princesa lo pide, mi princesa lo tiene -me besa desesperadamente mientras acaricia mi espalda y va bajando hasta llegar a mis piernas y acercarme aún más a su cuerpo.

Sujeto su pelo y tiro su cabeza hacia atrás, voy besando su mandíbula y su cuello.

Baja la cabeza y posiciona sus manos en mi cintura agarrándose fuerte.

Siento algo entre mis piernas, algo duro.

Bajo mi mirada y puedo ver al monstruo que tiene Fabricio entre sus piernas que trata de entrar en mi.

No me voy a cansar de decir que una cosa así no puede tener tal tamaño.

- Ya no lo mires así princesa. Porque se siente discriminado -muerdo mi labio para no reír por lo que acaba de decir.

- Ya no lo voy a mirar, pero es que me llama, me pide que lo mire -levanta mi cara y estampa sus labios en los míos.

Pongo mis manos en su espalda baja y lo acerco aún más a mi.

Refriega su amigo en mi zona íntima y no puedo evitar gemir. Baja hasta la altura de mi pecho y comienza a succionar uno y masajear al otro, inclino mi cabeza hacia atrás dejándome llevar por el placer.

Llevo mis manos a su pelo y lo acerco aún más a mi cuerpo, lo necesito, lo necesito demasiado.

Quita su mano de mi pecho y lo lleva a mi vagina para acariciar detenidamente todo, muerdo mi labio y pido a Dios que ésta tortura termine.

Cambia de pecho y ahora chupa el otro, mientras yo sigo acariciando su pelo y tirando de él de a ratos.

Es demasiado placer para mi.

- Fabricio -gimo-, no me tortures más -levanta la cabeza y me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿No te gusta lo que hago princesa? -asiento.

- Me gusta no, me encanta, pero ya no me tortures más -besa mi hombro para luego morderlo.

- Decime lo que tengo que hacer porque no soy adivino señorita Driscolld -achico los ojos al darme cuenta de que se está vengando por lo que le hice anoche.