Aiden.
- ¿ No consiguieron nada mejor que este enano de ojos raros? - Preguntó con un tono de absoluto desagrado y una mirada que lo decía todo, " Pierdete".
¡¿ A quién rayos llama enano?! , ¡¿ Que no le enseñaron a respetar a sus mayores?!.... Bueno, él piensa que soy menor que él y eso... ¡Pero aún así!, ¡¿ Qué se cree?!, sé que mido 1.50 pero no es mi culpa ser de esta altura... Además, lo de mis ojos.... Sé que son rojos, pero eso es debido a la genética de parte de mi padre... Además, si hablamos de cosas raras, toda su familia tiene las orejas puntiagudas... Bueno, todos los lobos las tienen así... ¡ Pero yo no lo he molestado por ello!
- ¡ Christofer!, ¡ Eres un...! - La señora Wolfgram le dió un golpe en la cabeza con un periódico enrollado.
¿ Qué pasa con esta familia?
- ¡ Eso duele!, ¡ Sólo preguntaba! - Decía el maleducado alejándose de su madre.
- Pero mi hermano dice la verdad, ¿ No había algo mejor? - Dijo un chico claramente omega y aparentemente, el segundo hijo de esta familia.
Su cabello era gris y sus ojos azules, al igual que su madre.
-¡ Tú también cállate! - Gritaba ella.
- Ya deténgase todos, ¿ Qué va a pensar Aiden de nosotros? - Decía el señor de la casa.
Bueno, ya me dejaron una muy mala impresión... Ya que se supone que los diez primeros segundos son clave.
- Aiden, te pido disculpas por estos chicos, son Neón, mi hijo menor de diecisiete años, y Christofer, el mayor de dieciocho y tu prometido - Dijo el hombre que ahora que lo pienso, tiene un bigote gracioso.
- No pasa nada - Dije con una leve sonrisa.
Debo ser amable, después de todo, me conviene serlo por ahora.
Después de esa obviamente horrible situación, me llevaron a mi cuarto, este era bastante grande, no tanto como el de mi casa, pero parece cómodo, digo, tiene todo lo básico y necesario, una cama, un escritorio, silla, televisión, sofá, baño... Creo que si llega a ocurrir algo que no me guste, puedo quedarme encerrado aquí tranquilamente.
Ahora que lo pienso, tengo mucha hambre y no me siento muy bien... Necesito un pastel de chocolate, con salsa de fresas, dulce de leche y crema batida... ¿ O mejor uno de fresas y crema?, en realidad quisiera uno de deliciosas manzanas, pero hace mucho que no como uno tan bueno como el que hacían en una tienda de Erka, la ciudad de la que vengo, a penas la guerra terminó, los dueños se mudaron a este país, me pregunto si habrán abierto una nueva pastelería aquí, en Spellward, debería investigar, pero en otro momento.
Fui al primer piso y pregunté a la señora Wolfgram si tenían pastel, ella muy emocionada me dijo que sí, por lo que me llevó al comedor e hizo que trajeran un enorme pastel de chocolate.
- ¡ Genial! - Dije emocionado.
- Soy tan feliz de que te guste, mis hijos no comen muchas cosas así y realmente me alegra que tú sí, ya que de esa forma no tendré que comer yo sola - Dijo sonriendo.
Me sirvió un trozo gigante de pastel, debo comer, después de todo, no quedé satisfecho con la comida del avión. Ambos estábamos comiendo, cundo una criada vino y le dijo que tenía una llamada.
- Discúlpame, debo ir a atender el teléfono un momento - Dijo algo desanimada.
- No pasa nada - Respondí sonriendo.
Ella se levantó y se fue, yo seguí comiendo, y es que este pastel es delicioso, muy dulce, pero delicioso.
- ¿ No te avergüenza comer tanto? - Escuché una voz, y al mirar era este chico, Neón, el segundo hijo.
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Aiden (Yaoi/Omegaverse)
RomanceEn un mundo donde tanto hombres como mujeres pueden concebir, existen dos castas distintivas, alfas y omegas, sin embargo, todas las persona de este mundo guardan una herencia instintiva que proviene de cierto animal o de un dragón; los dragones son...