Aiden (Yaoi/Omegaverse)

Capitulo 30:¡¿He Crecido?!

Aiden.

Abrí los ojos, me sentía realmente cansado y como si mis párpados fueran lo más pesado.
Cuando pude enfocar de mejor manera mi visión, observé a un sorprendido Christofer... ¿Qué le pasa?

Estiré mi mano hasta él... Cuando la observé... Espera, mi mano no era así, mis dedos no eran tan delgados y mis muñecas tampoco tan finas ¿qué me ocurre?

—Aiden... Tú... ¡Estás despierto! —Tomó mi mano con fuerza mientras su expresión de sorpresa era cambiada por una bella sonrisa — ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?

— Yo... — Comencé a hablar, pero mi voz... ¿No está un poco más suave?

Christofer pareció notarlo, ya que volvió a quedarse como en blanco.

— Pasa algo raro conmigo... — Dije.

— Sí... T-Te traeré el espejo, para que te veas más de cerca — Dijo algo contrariado.

Aún así, mientras él traía el espejo grande, me senté cuidadosamente en la camilla... Mierda, me duele mucho, pero supongo que sí no fuera un dragón de mi tipo, ya estaría muerto, además, soy un omega, por naturaleza nos curamos más rápido... A veces es una suerte. Aunque mi herida sigue ahí, puede que esté cerrada, pero sigue ahí, doliendo, siendo una amenaza...

— Antes de que te veas... Bueno, nadie más te ha visto así, sólo yo...

—¿Eh?

— Pasó una semana desde lo del ataque... Ahora mismo, están todos peleando, otros como yo, aún no hemos sido llamados, y además, me permitieron cuidar de ti...

— Espera espera... ¡¿Una semana?!

—No te exaltes, por favor, podrías hacerte daño...

— Vale...

— Estoy seguro que a penas les diga a los otros que despertaste, vendrán enseguida, es sólo que esta semana no han tenido tiempo para venir. Aunque sí vinieron el primer día, tu hermano también vino.

— ¿Y mi papá? ¿Él también vino? — Pregunté esperanzado, quizás demasiado.

Christofer miró hacia un lado, como si no supiera qué o cómo responder... No sabe cómo decir lo que yo ya sé, sin hacerme daño.

—N-No ha venido...

—Entiendo... Ya deja que me vea en el espejo...

—Vale.

Levantó el espejo... Yo...

— ¡¿Ese soy yo?! — Pregunté con mucha sorpresa en mi tono, más que nada, no podía creerlo.

Que rostro más fino... Lindos ojos... Labios lindos, ¿me creció el cabello acaso?, juraría que está más largo.

—Eres tú... También me sorprendí cuando te vi, y también...

— ¿Qué cosa?

— También te he limpiado estos días, y creo que creciste algunos centímetros de altura.

— ¡¿ En serio?!

—Sí...

Vaya, esto es sorprendente. No puedo dejar de mirar mis manos. Mi cara en el espejo, sólo puedo tocarla y sentir que sí me estoy tocando... Es decir, ¡es real! ¡Soy yo, es mi reflejo!

Incluso toqué mi cuerpo, me miro y creo que soy más fino ahora, incluso me siento más delicado... Es muy extraño pero... ¿Será que se rompió alguno de mi sello faltante, el cuarto sello?, porque es obvio que crecí, creo que ahora tengo un cuerpo acorde a mi edad... Ya no parezco un niñito...