𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 - 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬 +𝟭𝟴

𝑠𝑎𝑛𝑧𝑢 ℎ𝑎𝑟𝑢𝑐ℎ𝑖𝑦𝑜 - 𝑗𝑒𝑎𝑙𝑜𝑢𝑠𝑦, 𝑗𝑒𝑎𝑙𝑜𝑢𝑠𝑦

~one shot TR; pedido de lanalgadebaji_ 🖤
~sanzuharuchiyo x fem!reader (y/n)
~tokyorevengers AU
~todos los personajes +18
~sin protección (x); violencia

Sentiste un brazo por sobre tu cintura, además del de Inui que llevaba algunos minutos bailando contigo y murmurándote comentarios afilados sobre casi todos los invitados. Porque si estaban ahí algunos de los miembros de la Toman era simplemente porque los funcionarios para los cuales lavaban dinero se los habían pedido casi de rodillas, así que habían accedido por una cuestión de negocios. No es que a ti se te hubiese cruzado por la cabeza gastar una noche vestida con un vestido rojo para matar con un montón de senadores desvistiéndote con la mirada mientras bailabas.

Pero volviendo al brazo que con algo de urgencia te separaba de Seishu, giraste algo sorprendida de encontrarte a Sanzu con una sonrisa que daba algo de miedo. Le preguntó a Inui si no le importaba que él te robase, ignorando tu opinión completamente. Así que en segundos cambiaste de compañero y estabas en brazos de Sanzu, que guiaba completamente diferente a tu anterior compañero, algo más demandante.

—¿Se puede saber qué mierda hacías coqueteando así con Inui?—su voz te sobresaltó, porque de verdad parecía que estaba enojado pero lo estaba disimulando detrás de esa sonrisa extraña que te estaba dando.

—¿De qué demonios estás hablando, Sanzu?—el agarre en tu cintura fue más fuerte y quisiste decirle que te estaba lastimando, pero no querías darle el gusto—. ¿Acaso estás celoso?

Su mirada cambio por completo cuando le preguntaste eso con una sonrisa engreída en el rostro, logrando que él apretara su mandíbula. Quisiste seguir presionándolo sólo un poco más así que soltaste una risita y te acercaste tanto que sus labios casi podían rozarse.

—Además puede que estuviese coqueteando con él, porque después de todo...—empezaste a decir y luego terminaste murmurando en su oído— tú sabes que me gustan algo dañados.

Eso fue todo, después de eso te ganaste dejar de ser una persona para él. Sanzu te tomó de la muñeca y tiró de ti por el salón, demasiado lleno de gente como para que alguien se diese cuenta de lo que estaba pasando entre ustedes. Llegaron hasta una área apartada, una habitación mucho más reducida y con algunas mesas amontonadas. Cerró la puerta de un portazo y te empujó contra ella, inmovilizándote con su cuerpo sobre el tuyo.

—Tú me perteneces, y/n. Tú gimes para mí y por mí, tú te vienes sólo si yo te lo ordeno y no dejas que nadie a excepción de mí te toque.

Tus piernas cedieron un poco al escucharlo y lo miraste sintiéndote totalmente indefensa. Porque nunca lo habías visto así, tan enojado contigo y a la vez mirándote como si fueses la única cosa en el mundo. Te apretó aún más con una media sonrisa, feliz de haber vuelto a tener el control y te levantó obligándote a envolver su cintura con tus piernas. Con el vestido algo levantado podías sentirlo muy duro justo contra tus bragas, calentándote justo entre tus muslos.