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Reino de Inglaterra, capital Berk, 1977

Un joven príncipe se dirigía por los pasillos de su gran castillo al despacho real de sus padres, los reyes de toda Inglaterra.

¿Y quién es él?

Él es Hiccup Horrendous Haddock III, heredero al trono de Inglaterra, hijo primogénito de los reyes, Estoico y Valka Haddock; y hermano mayor de Jackson Haddock. Castaño, estatura alta, ojos verdes y de 29 años, aún soltero.

En cuanto el príncipe se topó con 2 grandes puertas elegantes y finas, suspiró profundamente y les indicó a los guardias que custodiaban las puertas que las abrieran. Al pasar, vió a su hermosa madre sentada en el escritorio real, ella revisaba las noticias del reino, en especial, las de Berk. Mientras que por otro lado, su poderoso padre observaba por una gran ventana la vista que tiene sobre sus grandes tierras.

-Madre, padre...- saludó Hiccup con respeto, después de que las puertas fueran cerradas de vuelta y estuviera al frente de su madre.

Estoico que dió la vuelta para analizar con la mirada a su único hijo, legítimo a la corona, su penetrante mirada intimida a al castaño. Aunque, no era novedad que el porte de su padre fuera imponente, pues la gran familia real de Inglaterra tenía que verse con autoridad, con firmeza.

A Hiccup siempre se le había exigido dar esa imagen, tener las mismas actitudes que su familia. Pero él quería ser libre, tener sus propias reglas, claro que eso lo había llevado a ganar un poco de mala fama dentro de su familia y eso no era muy grato para sus padres.

-Pidieron hablar conmigo.- volvió a hablar el príncipe.

-Sí, así es, Hiccup. Tenemos un tema importante de qué hablar.- le dijo su madre y le indicó con su mano que tomara asiento frente a ella.

El ojiverde la miró unos segundos más antes de tomar asiento.

-¿Y de qué se trata?- preguntó.

-Sobre tu estado civil.- respondió por fin su padre, colocándose al lado de su esposa, mientras su hijo negó con la cabeza y rodó los ojos.

-¿Otra vez con ese tema?- se quejó amargamente.

-¡Sí! ¡Otra vez con ese tema!- el rey alzó la voz frustrado- Necesitas encontrar una esposa, pero ya, Hiccup. Es tu deber como futuro rey de Inglaterra, debes tener tus herederos. ¡Tus descendientes! Y claro, una buena mujer para que sea tu reina.- habló el pelirrojo con seriedad.

-Ya te lo dije, papá, no pienso casarme, no por ahora.- refutó Hiccup- Aún no tengo a la indicada.- murmuró bajando la mirada.

-¿Y cuánto más piensas esperar?- intervino Valka- Tienes 29 años, sólo te queda un año más de juventud. Ya deberías tener al menos un hijo.- le reclamó preocupada.

-¿Que no te quieras casar tiene algo que ver con Mérida? ¿Aún no la has olvidado? ¿Es eso?- comenzó a preguntar su padre con el ceño fruncido.

Hiccup volvió a negar.

-No he hablado con ella en semanas.- mintió.

-Sabemos que te ha gustado Mérida desde hace mucho tiempo, hijo, pero ella está casada y, al menos que eso cambie, no puedes estar con ella.- razonó la castaña- La noticia de que ustedes fueron amantes fue una bomba para toda nuestra familia, un insulto.- bramó.

-¡Lo sé, madre, lo sé!- exclamó Hiccup cansado de sus ataques- ¡Pero quiero amar a quién yo quiera, no a la que debo! Además, ya pagué por el daño que esa noticia le hizo a la familia, ya no puedo ni siquiera acercarme a ella.- lamentó.

-Bueno, eso ya es tema del pasado entonces.- volvió a hablar el rey- Será mejor que vayas buscando una nueva pareja. Y, que esta vez, sea una decente.- le pidió con seriedad y autoridad.

^MY LADY ASTRID^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora