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3 Semanas después...

Astrid tenía su mano derecha tapando su boca para evitar soltar un gran grito de emoción, mientras que con la izquierda, tenía los resultados de un examen que le había hecho su propia médica personal.

Pues, ya hace varios días que se venía sintiendo mal e Hiccup le pidió a la médica que le haga un examen general urgente.

Ahora, la princesa de Gales no podía evitar que sus ojos se cristalizaran con lo que leía y, tras soltar un jadeo, salió rápidamente de su habitación y comenzó a buscar a su esposo por todo el castillo.

-¡Jack!- llamó a su cuñado cuando lo vió en la sala de estar viendo algo de televisión.

-Hey, Astrid.- saludó el ojiazul, pero luego enfocó su mirada en el papel que ella tenía en su mano- ¿Qué es lo que tienes ahí?- preguntó algo curioso.

-Es una pequeña sopresa.- respondió ella con una gran sonrisa risueña- Pero antes debo hablar con tu hermano. ¿Lo has visto?- ahora fue ella quien cuestionó.

-Está en los establos, alimentando a Chimuelo.- contestó el príncipe y vió cómo ella salía corriendo nuevamente, dejándolo desconcertado.

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-¡Hiccup!- el chillido de la rubia resonó en el oído del heredero a la corona y se sobresaltó.

-¡Astrid!- exclamó sorprendido y retrocedió un paso, sin embargo, no se había dado cuenta del balde de agua de Chimuelo y terminó tropezando con el objeto, para luego caer en todo un montículo de heno.

-Ups...- susurró la Hofferson apenada y sonrojada, pero un relinchido del caballo negro a su costado la distrajo- Hola, amigo.- lo saludó acariciando su hocico, pero el animal se acercó más a ella para olisquear su vientre.

-Claro, juega con Chimuelo, mientras yo me las arreglo.- comentó Hiccup poniéndose de pie y sacudiendo su pie izquierdo, el cual estaba completamente mojado.

-Lo siento, no era mi intención sobresaltarte.- se disculpó su esposa, el castaño alejó a su caballo, el cual insistía en seguir oliendo el vientre de ella; cuando lo alejó, la rodeó con sus brazos y besó su frente- Tengo algo que decirte, Babe.- avisó ella ya sintiendo los nervios pasar por su cuerpo.

-Dime, preciosa.- concedió el Haddock, sin notar el papel que tenía ella en la mano. No lo notó, hasta que ella lo levantó y se lo mostró- ¿Recuerdas el examen médico que pediste para mí? Pues, resulta que estoy embarazada.- reveló con un brillo especial en sus ojos.

Hiccup se tomó unos segundos para terminar de leer los resultados, pero al escuchar las palabras de su esposa, su corazón empezó a palpitar desenfrenadamente.

-Embarazada...- repitió en un tono muy bajo, después la miró a los ojos y la volvió a envolver en un fuerte, pero cuidadoso, abrazo- ¡Estás embarazada! ¡Tendremos un bebé!- exclamó muy feliz y sus ojos también se cristalizaron.

Mientras que Astrid se aferró a su cuello y escondió su rostro en su pecho cuando las lágrimas rodaban con libertad por sus mejillas.

-Oh, me has hecho un hombre muy feliz, Mi Lady.- le hizo saber apenas de separaron y secó con dulzura sus lágrimas con sus pulgares- ¿Te sientes bien? ¿Te apreté mucho?- ahora preguntó más preocupado y la rubia rió enternecida.

-Tranquilo, estoy perfectamente.- lo calmó tomando sus manos entre las suyas- ¿Le decimos a los demás?- propuso.

-¡Por supuesto!- concordó él, luego se despidieron del caballo y volvieron adentro del castillo para dar la gran noticia.

^MY LADY ASTRID^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora