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31 de Agosto de 1997...

-Ella lo hace muy bien.- comentó Nuffink hacia sus padres, mientras veían a su hermana montando a su caballo en un "Campo Traviesa".

Era una práctica de equitación, pues Zephye había pasado tanto tiempo con sus tíos Elsa y Jack, que comenzó a sentir esa gran pasión que tiene el príncipe por los caballos y ella quiere participar en las competencias de equitación también.

-Sí, hijo. Lo tiene en la sangre.- dijo Hiccup mirando con orgullo a su primera hija.

Cuando Zephyr acabó su entrenamiento con su yegua, Fidella, se acercó a su familia, aún montada en ella. Astrid se acercó a la yegua y acarició la parte baja del hocico como una felicitación.

-Ambas estuvieron excelentes.- felicitó a la castaña.

-¿Y ya puedo competir?- la princesa menor no tuvo problemas en mostrar su ilusión en sus expresiones.

-Zeph, sólo tienes 14 años y aún tienes mucho que aprender con Bocón, temas que atender con tu madre y conmigo. Recuerda que después de mí, tú sigues en la línea de sucesión.- respondió su padre no muy convencido.

-¿Pero cómo el tío Jack no tiene problemas?- intervino el rubio.

-Él es menor que papá, él no tiene tanta responsabilidad como nosotros, Nuff. Él está en la línea después que nosotros.- le contestó su hermana en un lamento.

-¿Saben qué? Dejemos el tema de la equitación para más tarde, ¿ok?- volvió a hablar Astrid tratando de desviar el tema- ¿Por qué no mejor se cambian y arreglan para que su padre los lleve al Louvre?- les propuso y ambos niños se emocionaron nuevamente.

El pequeño ojiverde salió corriendo hacia dentro de su mansión en París y la castaña cabalgó con Fidella, hasta los establos, se aseguró que tuviera comida y agua, después de ello, imitó las acciones de su hermano menor.

-Espera...- Hiccup tomó suavemente a su esposa del antebrazo, cuando vió que ella también iba entrar a la mansión- ¿Cómo que su padre? ¿Tú no vienes con nosotros?- preguntó extrañado.

Astrid ladeó su cabeza y sonrió con ternura, mientras subía sus manos hacia las mejillas de su esposo.

-Amor, te dije que iba a dar un desfile para poner conocer y estar con la gente de aquí.- le recordó, al mismo tiempo que él rodeaba su cintura con sus brazos.

-Entonces, nosotros iremos contigo.- dijo él, pero se inquietó al ver cómo ella negaba. Pues, en realidad, no quería dejar sola a Astrid, él tenía muy pendiente la amenaza que Mérida le dió anoche.

-Es nuestro último día en Francia y les prometiste a los niños que conocerían el museo hoy.- refutó la rubia.

-Pero, Astrid...- él intentó una vez más ir con ella, pero la ojiazul lo interrumpió.

-Voy a estar bien, Hiccup. ¿Ok? La seguridad está garantizada, yo me iré acercando a la gente y todo será pacífico. No tardaré mucho, lo prometo. Acaba el evento y volveré a casa de inmediato.- aseguró, antes de darle un casto beso- ¿Ya te he dicho que eres un paranoico sobreprotector?- cuestionó divertida al separarse.

-Solo me preocupo por ti. A veces, se te olvida que eres una gran figura pública y hay gente mala que puede atentar contra tu vida.- señaló él con angustia y juntando su frente con la de ella.

-Tendré cuidado.- confirmó la princesa una vez más, antes de separarse y adentrarse en la residencia.

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La princesa de Gales llegó a su punto de reunión con la gente de París, en cuanto bajó de su vehículo causó revuelo entre la prensa, un sin número de flashes salían de las cámaras y los periodistas intentaban acercarse a la rubia.

^MY LADY ASTRID^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora