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-Me llamo Astrid. Astrid Hofferson.- reveló la joven para luego mirar con admiración al príncipe.

Hiccup se asombró al oír su apellido, no tenía idea de que había otra Hofferson, él la miraba con curiosidad y extrañeza, tanto así que la rubia se puso muy incómodo por su analítica mirada.

Fue entonces, cuando, una vez más, se escondió tras la estatua del caballero.

-¡Perdóname!- atinó a exclamar el príncipe rápidamente, pues no quería dejar de observarla. Había algo en esa jovencita que lo había cautivado, además de su belleza y su sorpresiva existencia- No quería asustarte.- dijo más suave.

-No lo hizo, alteza.- habló la muchacha respetuosamente- Sólo es que me pongo nerviosa.- explicó. No era simplemente por ser un extraño, sino era el extraño a quien siempre había admirado y querido.

¡Ahora lo tenía justo en frente!

Astrid lo respetaba y admiraba por su determinación en dejarse ver como alguien diferente a su familia. Él no le transmite la misma energía pesada y firme que los demás miembros reales, él le transmite una energía más ligera y libre.

-Aaammm...- el castaño no sabía cómo proceder con la conversación, la niña le intrigaba y quería conocer más de ella- ¿Eres algo de Elsa?- decidió preguntar señalando el pasillo que daba a las habitaciones de la familia de la peliblanca.

-Elsa es mi hermana mayor.- respondió con simpleza la ojiazul, mientras salía de su escondite y se animaba a dar pasos hacia delante para quedar frente a frente con él.

Haddock creyó que se le iban a salir los ojos por lo abiertos que estaban. ¿Elsa tenía una hermana? ¿Y nadie lo sabía? Pues, al parecer, mantuvieron a la niña muy oculta.

-Sé que es una noticia muy impactante.- habló de nuevo Astrid con una sonrisa al ver la cara de desconcierto de Hiccup- Mi familia decidió mantenerme oculta para que pudiera tener una vida más normal o sin tantas cámaras a mi alrededor, quisieron protegerme y yo estoy muy agradecida por ello, pero ahora lo único que quiero es salir de esta mansión y conocer el mundo ser alguien más libre. Cómo usted.- sus últimas 2 palabras golpearon al ojiverde con fuerza.

¿Él era un ejemplo para ella? Pero si sólo era el marginado de su familia y, por ende, el más criticado.

-Oh, vaya, entiendo.- balbuceó rascándose la nuca- Tus padres hicieron una buena elección, una vida pública es lo peor que hay. Pero también tienes el derecho de vivir tu vida- concordó.

-Entonces, creo que debo presentarme como es debido, digo de una Hofferson hacia un Haddock.- le dijo agrandando su sonrisa- Soy Astrid Hofferson, tengo 16 años y me encanta la naturaleza, los animales y la historia.- se volvió a presentar y estiró su mano hacia él.

Hiccup no dudó en estrechar su mano contra la suya, pero recién se daba cuenta de un pequeñísimo detalle.

-Alto... ¿Estás disfrazada de una vikinga?- preguntó viéndola de arriba hacia abajo. ¿Cómo pudo ignorar ese detalle hasta ahora?

La rubia rió con algo de nervios.

-Sí, yo voy a mi trabajo así vestida.- comentó- Le leo cuentos a los niños en la biblioteca, nadie sabe quién soy en realidad. Y voy disfrazada de vikinga, porque como ya mencioné, me gusta la historia, pero sobretodo la nórdica.- confesó sonrojada.

-¿Sabes que ellos fueron nuestros enemigos, no es así? Que vinieron a invadirnos, empezando muchas guerras.- dijo alzando una ceja.

-Lo sé, pero su historia es bastante única y con gran transcendencia, nuestros apellidos propios son nórdicos. Además, algún día quiero ser tan fuerte como las doncellas escuderas, las vikingas también luchaban, era algo asombroso.- opinó.

^MY LADY ASTRID^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora