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Castillo real de Inglaterra...

Era medio día del día siguiente y los 2 príncipes de Inglaterra practicaban sus habilidades con el arco y flecha, como la mayoría de días.

-¿Y me vas a decir a dónde fuiste ayer?- le preguntó Jack a su hermano, mientras éste disparaba al centro de una diana, pero no dió directamente al centro.

Hiccup lamentó en no haber dado un tiro perfecto.

-¿Te interesa tanto?- ahora preguntó el mayor, viendo como el ojiazul sacaba una de sus flechas.

-Tal vez.- contestó con diversión- ¿Fuiste a ver a Mérida?- cuestionó directamente, mientras apuntaba a la diana.

-No.- negó el ojiverde con mucha seguridad- Pienso ir al mismo lugar hoy día, pero quisiera que me acompañes esta vez. Creo que mereces saber lo que yo.- añadió creando incertidumbre en el peliblanco, quien soltó la flecha y dió en el blanco.

-Veo que sigo siendo mejor que tú en el arco y flecha.- comentó él con una sonrisa triunfante.

-Pero sigues sin ganarme con la espada.- respondió su hermano con burla y Jack bufó.

-¿Por qué dijiste eso? Ya sabes. Que merezco saber lo que tú ya sabes.- dijo el ojiazul con mucha curiosidad dejando su arco y flechas en su respectivo lugar del jardín real.

-Porque es lo que creo.- respondió Hiccup con simpleza imitando sus acciones- Lo entenderás mejor cuando lleguemos allá.- le aseguró.

-¿De verdad iremos? ¿No tienes que pasar el día con otra doncella importante?- recordó el menor e Hiccup resopló.

-No haré eso. Me cansé que mamá y papá me impongan una esposa con todas esas pretendientes.- bramó.

Pero cuando Jack iba a decir algo más, un guardia de confianza de Hiccup se les acercó.

-Príncipe Hiccup. Príncipe Jackson.- saludó el guardia a cada uno con una reverencia.

-¿Qué sucede, Richard?- preguntó el Haddock mayor.

-La señora Dumbroch está en la puerta de los establos, majestad. Le dije que no podía acercarse al castillo, pero amenazó en que no se movería de ahí, hasta poder hablar con usted. Y podría ser que su presencia sea notada por otro guardia que alerte a sus padres y de forme un escándalo.- informó para disgusto del castaño.

-No puede ser.- gruñó molesto y rápidamente se dirigió a la parte trasera del castillo, donde están los establos.

-¡Gracias a Dios que al fin llegas!- exclamó la pelirroja al ver a su amante acercarse a las rejas que no le permitían entrar.

-Puedes bajar la voz, cualquiera te puede escuchar.- regañó él llegando frente a ella- ¿Estás loca? ¿Qué haces aquí? El auto con la insignia de la familia de ti esposo llamará mucho la atención, Mérida.- señaló observando el vehículo estacionado detrás de ella.

-No me hables así, amor mío.- protestó la mujer- No me dejaste otra opción más que venir aquí, has estado evitándome 2 semanas. ¡2 Semanas! Estoy deseosa de ti y, por favor, no me digas que tus padres no te han dejado salir, porque ayer te ví en tu auto.- dijo con el ceño fruncido y cruzándose de brazos.

Hiccup negó con la cabeza, mientras se pasaba una mano por los cabellos de su nuca, antes de hablar.

-Lo siento, Mérida, pero ya no quiero verte más.- confesó sin tartamudear. Ella lo miró con asombro- Ya no siento lo mismo que cuando iniciamos está aventura y... Y es posible que ahora sienta eso con otra mujer.- admitió para después relamer sus labios.

^MY LADY ASTRID^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora