^MY LADY ASTRID^

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⚠️ Advertencia: en este capítulo de incluye un serio problema alimenticio, leer con precaución. ⚠️

1 Año y medio después...

Un año y medio después de casarse, Astrid e Hiccup se esforzaban mutuamente para que su matrimonio sea el más estable, pues ambos estaban concientes que se amaban el uno al otro y querían que lo suyo funcione. Sobretodo, el castaño, quien anhelaba demostrarle a su familia lo buena princesa y esposa que puede ser Astrid. Y la rubia no se quedaba atrás, ella también quería hacer desaparecer ese lado imbécil y egocéntrico de su esposo, ya que su matrimonio había tenido muchos altos y bajos en todo este tiempo, la mayoría causados por él y su obsesión de querer ser el centro de la fama y que todos hablen bien de él. Tenían una pelea, se reconciliaban y muchas veces terminaban en la cama, eso era algo que no podían negar, la pasión que se tenían, pues no puede haber amor sin pasión y sabían que tenían todo el potencial para ser una gran pareja y lo conseguirían.

-Buenos días, Mi Lady.- saludó Hiccup al despertar, encontrándose con su esposa de pie y ya con su camisón de dormir puesto, mientras que él seguía desnudo.

-Buen día, Babe.- correspondió Astrid tomando una carta de una mesita en medio de su pequeña sala, dentro de su habitación.

-Despertaste temprano.- comentó él sentándose.

-Como es costumbre.- señaló ella con orgullo- Pero esta vez es porque tenía que esperar a mis chicas para que me tomen la medida para el vestido que usaré en el té de esta noche.- informó entusiasmada.

-No sabía que tenías una invitación a un té.- dijo el príncipe extrañado.

La rubia caminó hacia su esposo y le tendió la carta, él la tomó para leerla.

-En realidad, las chicas y yo organizamos el té para miles de niñas en la cuidad, también extendimos la invitación para las que no son de Berk, pero dudo que asistan por la distancia.- reveló con una gran sonrisa.

-Me habías dicho sobre esto, pero no sabía que ya estaba confirmado.- Hiccup dejó la carta en su colchón para verla a ella.

-Tu madre se rehusó al evento en un principio, en realidad, creo que le incomodaba que el castillo sea la sede, pero luego hablé con Camicazi y nos prestará su mansión que tiene aquí en Berk, la cual es mucho más grande incluso que la de Heather o Brutilda.- dijo Astrid- Cuando la reina supo que Camicazi sería la anfitriona, lo dejó pasar. Sin embargo, no entiendo cuál es el problema del evento, muchas niñas sueñan con formar parte de los "tés" de la alta sociedad y quiero darles una noche de eso. Niñas de toda clase de sociedad vendrán, no solos las hijas de la alta sociedad, creo que eso no le gustó.- añadió dejando de mirar al castaño, quien lo escuchó suspirar.

-Astrid ya llevas suficientemente tiempo en la familia como para saber que somos muy estrictos de acuerdo a las normas y a las sociedades.- habló con pesadez el castaño.

-Sin normas estúpidas.- refunfuñó la ojiazul- Lo único a lo que tu madre me presiona, es a qué te dé un heredero.- reveló con molestia.

-Pues, nosotros seguiremos intentando, tampoco no hay porqué apurarnos tanto.- la calmó el ojiverde posando sus manos en la cadera de ella para jalarla y sentarla a horcajadas sobre él.

Fue ella quien cerró la distancia entre sus labios, para besarlo con pasión y deseo, Hiccup ahora bajó sus manos para estrujar su trasero, pero cuando iba a bajar sus besos al cuello de su esposa, llamaron en la puerta.

-¿Príncipe Hiccup? ¿Princesa Astrid? Venimos por las medidas.- escucharon la voz de una de sus mucamas y se separaron.

-Un momento, por favor.- les indicó la joven princesa, para que su esposa pueda colocarse su ropa interior, su shorts de pijama y una camisa holgada que casi siempre usaba para dormir.