Capítulo Veintisiete

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NamJoon sonreía provocando que se le notarán aquellos atractivos y pronunciados hoyuelos en la parte inferior de sus mejillas.

Jugaba con un peluche que estaba en otras manos muy pequeñas a las suyas, la risa de alegría de un bebé deleitaba su sentido auditivo, creando un ambiente armonioso y tranquilo en aquel lugar en el campo. Él recordaba a la perfección que ya había vivido eso durante mucho tiempo y fue cuando Jimin nació, con algunos meses también ya reía con esa felicidad irradiando de alegría mientras estaba en sus brazos y a él le gustaba hacerle muecas graciosas todo con tal de escuchar esa melodiosa risa.

Ya había tenido la experiencia de ser padre y podía decir que era de las mejores etapas que pudo haber vivido. Jamás imaginó que sería capaz de formar su propia familia, su hijo era muy especial en su vida quién también ya tenía un bebé y claro, no olvidemos a HyeJin quien tambien formaba parte de su familia.

A ella le tenía un cariño especial, a pesar de que se separaron porque sentían que ya no funcionaban como matrimonio. Siempre le guardaría un lugar especial en su corazón, con ella pasó momentos importantes y especiales a su lado y afrontaron situaciones dificiles, en primera porque ellos concibieron a Jimin muy jóvenes, ambos tenían diecisiete años cuando sucedió y al provenir de familias muy poderosas respecto a economía, decidieron estar juntos y casarse y su decisión fue totalmente respetada porque sabían que el que se casara con HyeJin beneficiaria las empresas y más aún porque ella estaba embarazada, por ende ya había un heredero y así fue, una conveniencia mutua, sin embargo, no se casaron por obligación, lo hicieron porque se amaban y estaban esperando un hijo, todo fue con una buena razón.

Todo marchó bien, estudió al igual que HyeJin, sin embargo, ella tuvo eduación en casa debido al embarazo y por los cuidados que podía necesitar Jimin una vez naciera y así sucedió. Cuando ambos salieron de la universidad se dedicó a seguir el negocio de su padre y con ayuda de HyeJin pudieron hacerse cargo, cuando su padre enfermó y le heredó la empresa días después murió y ahora era dueño de las empresas Park y su Jimin ya tenía veintidós años, realmente le sorprendia como había pasado el tiempo, tan rápido que ya se sentía viejo, a sus treinta y nueve años ya se sentía así, aunque no lo pareciera se había cuidado mucho en varios aspectos pues practicaba deportes para mantenerse en forma y con una nutrición balanceada de acuerdo a sus necesidades que seguía rigursamente y tal vez por eso no aparentaba la edad que tenía.

Debía de admitir que extrañaba a HyeJin, aún era difícil porder hablar de la madre de su hijo, sin embargo, ya era algo que había asimilado, estuvo preocupado en si ella se encontraba bien luego de su separación y ella lo tranquilizó diciendo que estaba bien con ello y que no debía angustiarse porque era lo que ambos necesitaban. Había sido extraño porque de alguna forma lo manejaron con tranquilidad, no miente que dolió pero pudieron sobrellevarlo en paz y a su manera, y eso tal vez era porque ambos siempre fueron tranquilos, comprensivos y de un temperamento pasivo, claro no negaba que tenía sus momentos de arranque como todos ya que solo se portaba déspota con quién no se lo merecía sobre todo tratándose de su familia, no dejaba que nadie los pisoteara como si fueran poca cosa.

Por ello cuando vio mal a Jimin le molestó tanto porque sabía que era debido a los problemas que tenía con Yoongi, sin embargo, no se metía en ello porque ambos ya eran responsables de sus actos. Claro, no negaba que le gustaba desquitarse tal vez un poco cuando ambos tenían que hablar sobre trabajo pero de ser necesario interferiria si todo se complicara de una peor forma.

Un lloriqueo lo trajo de vuelta a la realidad. Abrió los ojos nervioso cuando Jungkook comenzó a llorar por la falta de atención que le estaba siendo prestada.

—Oh no llores conejito— Río mirando Jungkook mientras lo arrullaba en sus brazos para que se calmara pero no tuvo éxito porque el lloriqueo inclusive aumentó. Un suspiro de alivio salió de sus labios cuando divisó a su Jiminie venir con algunas bolsas en sus manos, ya estaría él para poder calmarlo —Ya viene papá Minnie con comida— Susurró como si entendiera.

Innocent Lovers ©|YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora