Innocent Lovers ©|Yoonmin

Capítulo Veintitrés

Disfrutaba tanto de aquel momento en el que podía estar junto a Yoongi, por una vez más, pero comprendía que debia decirle de la existencia de ese bebé, por más que no se sintiera listo y fuerte para hacerlo.

Pero de nuevo fue cobarde, no dijo nada, ni mucho menos en el momento en que dejó de besarlo y simplemente los labios de Yoongi fueron a la piel de su cuello, depositando dulces besos que a su parecer eran muy cariñosos y que además, se sentía tan bien...

'Nunca cumplo lo que digo o prometo... Y es por ello que siempre me equivoco, ahora que todo se salio de control Taehyung me odiara, pero lo merezco...

¿No es así? Merezco ser odiado por amar a un hombre que esta casado, y sobre todo por esperar un hijo suyo, ¿verdad?'

El dolor sentimental se instaló en su pecho como una punzada ante sus crueles pensamientos, pero las cosas eran así después de todo. Estaba tan mal, tan confundido, tan perdido.

—Te amo— Susurró. Su voz aterciopelada resonó en sus oídos despertando aquellos puntos sensibles en su cuerpo, únicamente para hacerlo caer más al vacío y continuar con aquello que deseaba detener y aún no podía.

—Yo también te amo— Respondió siendo sincero. Yoongi se detuvo a mirarlo, manteniendo su rostro cerca del suyo, combinando sus respiraciones pesadas y sintiendo la tensión querer romperse cada vez más, ya no podían contenerse más, habían creado esa atmósfera pasional en donde ya suponía estallaria en cualquier momento. Lo miró algunos segundos a los ojos comprendiendo a la perfección lo que tanto deseaban ambos, y no fue necesario hablar o decirse algo, simplemente unieron nuevamente sus labios.

Esta vez, besándose con más intensidad, con más ganas y deseo sintiendo en su máximo esplendor como la boca experta de Yoongi probaban de la suya con tanta fuerza y ansiendad que le robaron el aliento y que claramente lo hicieron gemir en pleno disfrute. No puso resistencia cuando Yoongi comenzó a llevarlo en medio de besos hacia la habitación, solo enredó sus dedos en sus hebras oscuras sintiendo como Yoongi se aferraba a él, sin aparentes intenciones de dejarlo ir y solo aprisionándolo a su caliente cuerpo.

— Minnie, te extrañe como no tienes idea— Dijo Yoongi en jadeo, y a la vez, esbozando una leve sonrisa una vez se separaron. También le sonrió ladino en respuesta a eso, él también lo habia extrañado tanto pero no lo expresó, simplemente se dejó hacer cuando Yoongi lo recostó en la cama en medio de caricias y seguido de eso se colocó encima suyo, acechandolo tal y como un depredador a su presa. Su prenda superior fue levantada dejando su pecho al descubierto ante los ojos hambrientos de Yoongi, dejando sus pezones erizados detonando su clara excitación.
Yoongi, también quito su camisa, dejando el torso desnudo ante su vista por lo que sin desaprovecharlo apreció su delicada y pálida piel.

Humedeció sus labios, tomando de la mandibula de Yoongi para acercarlo de nuevo a sus labios, fundiendose en un beso necesitado y abrazandose a su cuerpo como si deseara que no se apartara de su lado. Sin aguantarlo, un jadeo salió de sus regordetes labios que fue ahogado en la boca contaria en el instante en que sus erecciones se rozaron deliciosamente a través de la tela de sus pantalones, incrementando esa ola de calor que se concentraba en su entrepierna, simplemente provocandolo y deseando con ansias poder abrir sus piernas para Yoongi.

Los dedos de Yoongi fueron hacia el botón de sus pantalones, abriéndolo y bajando el cierre. Al separarse de sus labios suspiró pesado y embelesado totalmente de lo que sentía en ese momento, juraba que su cara estaba ardiente por la excitación y su juicio estaba más que nublado en ese momento, todo pensamiento había sido bloqueado por completo porque lo unico que queria era seguir y solo ser tomado por Yoongi una vez más.

—Estás muy callado, ¿en verdad no pasa nada?— Miró a Yoongi a los ojos y esbozo una leve sonrisa mientras negaba.

—Descuida Yoon, es que no he estado contigo por mucho y... Realmente lo deseo— Confesó con timidez. Vio como sonreía ladino en respuesta, tan positiva como siempre que dolía porque a pesar de todo confiaba en él, creyendo que se encontraba bien.