Capítulo 21

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Con mi diosa intentando cada día dominar su condición, ha pasado el tiempo. Afuera, nuestro hijo Adrián crece a un ritmo incontenible. Estamos perdiendo terreno como padres, pero son sacrificios que se deben hacer.

No todo ha sido una completa desventaja. Como pareja nos hemos acercado mucho más, porque cada vez que mi diosa abre su mente para liberar todo lo reprimido, sus instintos lascivos se siguen manifestando.

De pie observando el cuerpo decapitado de Janneth, a las justas tengo tiempo de entender que es Damara quién lo ha hecho.

—Lo lograste... — miro a mi diosa —¿Cómo lo hiciste?

—No lo sé, yo no hice nada— responde con una tranquilidad impropia a los celos que yo sé que siente.

—¿Cómo no?

—No lo controlaba. Simplemente salió e hizo lo que quiso.

—Pero estuviste consciente, ¿No es así? Ni siquiera sangraste, y aquí estás, despierta.

—Sí... Es cierto...

—¡Damara!— me rio como un loco —¡ESTO ES EXTRAORDINARIO!

La levanto en peso sobre mis brazos, su torso queda por encima de mi cabeza pero ella me empuja. Le beso la frente antes de bajarla.

—Te besaste con esa mujer.

—¿Qué? Claro que no.

—Yo te vi.

—Ella me besó— enmarco su carita entre mis manos —Y eso... ¿Fue el detonante?

Me vuelve a empujar.

—No estoy de humor. Si se atrevió a acercarse así es porque ya había coqueteado contigo, no te creeré si lo niegas, Daniel.

—¿No te complace este avance?— señalo el cuerpo ensangrentado —Damara. Este es un avance descomunal, ¿Qué no lo ves?

—¿Coqueteaba contigo?— insiste —¿Te seducía?

—¡¡Damara!!— vuelvo a gritar eufórico —¿Te das cuenta de lo que acabas de lograr?, ¡Por favor dime!

Por primera vez desde que comenzamos los entrenamientos, acaba de demostrar un progreso realmente favorable.

—...Sí... ¿Verdad?

—Claro que sí, extraordinario— se lo confirmo —¡Longdok!

Llamo al hombre que nos ha estado ayudando a canalizar el alto poder. Hasta hace pocos minutos, yo mismo me había rendido por hoy, tras haber desafiado a Damara porque su terquedad me había sacado de mis casillas.

Junto a Longdok, también viene Ejos. Como si me interesara ocuparme de algo más que no fuera mi esposa, él me entrega una carta.

—Es urgente.

Guardo el sobre en mi pantalón, lo revisaré después.

—Sea lo que sea, puede esperar— me anticipo —Longdok, ¡Excelentes noticias!... Bueno... Lo lamento por Janneth, ¡Pero lo hemos logrado!, ¿En dónde están los demás? Quisiera una revisión general de Damara, incluyendo su psiquis, si fueras tan amable de...

—Daniel— me interrumpe Ejos —Esto es serio, y viene en camino.

—¿Cómo que viene en camino?, ¿De qué hablas? Exigí puntualmente que nadie más que mi familia y mi equipo estuviera aquí, ¿Ahora recibiré visitas?, ¿Haré audiencias?, ¿Qué te pasa?

Por la mierda. A veces no entiendo de dónde saco a mi personal, que nunca entienden lo que hablo. Vuelvo a agarrar el jodido papel, leo el mensaje mientras Ejos justifica su actitud.

Lujuria Escarlata | LIBRO 2 (Línea de Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora