Capítulo 23

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—Ellos la enviaron lejos— dice Akie, confirmándome lo que yo ya resolví en mi mente —Ellos me dijeron...— Me dijeron que la habían enviado al mundo oscuro, Daniel...

La aparto y la sacudo por los hombros.

—¡¿Y qué hiciste?!

—Fui a buscarla.

Mi Akie Zarina se suicidó en tierra oscura. No puedo creerlo. Está maldita. Maldita de verdad. Su cuerpo, su alma, su espíritu, todo está profanado.

—No....

—Pero ya estoy aquí, mi amor, y nada hará que nos separemos de nuevo.

—¡No!, ¿Qué eres?, ¿Qué es esto que siento, Akie?— me refiero a ella como materia —Te veo aquí, en frente de mí, pero no eres tú. Hay una presencia ajena... Y yo sé lo que es.... Yo sé lo que es... ¿Por qué no me lo dijiste? Habríamos encontrado una solución juntos.

—¿Y arriesgarme a que asesinaran a mi hermana por no darte muerte a ti?, ¿Qué tal que me hubiesen persuadido al punto de matarte? No podía, Daniel. Te protegí de mí. ¿Y tú?, ¿Me esperaste, no es cierto? Hice este sacrificio por ti, por eso no puedo creer en los rumores que he oído. Me niego a aceptar que pusiste los ojos en alguien más sólo por un par de días.

—¿Qué?

—Sé que he debido regresar en seguida, cuando descubrí que Orié Zahár no estaba en el mundo oscuro, lo cual fue casi inmediatamente. Asumo que a menos de una semana de tu toma del poder. Hará poco más de dos. Los raptores están muertos, pero necesitaba... Necesito encontrarla.

Claro. El tiempo no existe para los no muertos. No tienen noción. Mi Akie fue engañada. Fue arrinconada por mi culpa. Pero cometió un error muy grave. Sigue hablando mientras yo trato de entender si está muerta, si está poseída, por qué razona con tanta lógica.

—Si estoy aquí sin ella es precisamente por los rumores, Daniel. Y porque ahora que eres Zethee, podremos buscarla juntos sin que corras peligro alguno. Sé que tuve que enviar mi fe de divorcio para desvincularme de ti, pero lo hice consciente de que tú entenderías todo en cuánto te lo explicara. Sólo dime que en estos días, no manchaste lo nuestro involucrándote con otra mujer.

Tantas veces que los dos compartimos mujeres, y ahora me dice esto. Es porque no se refiere a ninguna amante, sino a Damara. La parte consciente que aún le queda, reconoce que yo no me hubiera casado si la hembra no fuera lo bastante importante para mí.

—Dame fe de tu amor— me pide, acariciándome una mejilla —Y todo estará tan bien como siempre. Encontraremos a mi hermana y continuaremos como la familia que somos: Ellie, Orié, Tú y yo, ¡¿Dónde está Ellie?!— sonríe grande.

¿Qué debo hacer?, ¿Explicárselo todo?

—Akie... No...

Atrapada en el tiempo. Contenida entre la vida y la muerte. Necesitando de algo más que sangre para andar. ¿Hasta donde puede llegar su raciocinio?

—No ha pasado un mes, Akie.

—Poco menos. Daniel, cuando nos despedimos, Itrandzar aún estaba vivo... Pero imagino que habrá muerto casi en seguida, ¿No es cierto? Me hubiera gustado estar contigo. Me pediste que no saliera de Montemagno por el ambiente como estaba, con todo lo de su envenenamiento. Por eso raptaron a mi hermana, porque no habías ascendido.

Así que hasta ahí recuerda bien. Prosigue, relatando.

—Creo incluso que he debido acabar con los raptores antes del deceso del Zethee. Y en algún momento durante mi viaje al mundo oscuro, o a mi regreso, o quizás durante mi búsqueda, tú fuiste investido. No han pasado tantos amaneceres después de eso. Iba a quedarme unos días más mientras todo se asentaba, volver a Montemagno y explicarte todo contigo ya fuera de peligro, pero regresé por los rumores— empieza a repetir —Escuché cierta clase de cosas, como que el nuevo Zethee presentaba a una zrasny— resopla con burla dolorosa —Es una locura. Una locura.... ¿Por qué dicen eso, Daniel?

Lujuria Escarlata | LIBRO 2 (Línea de Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora