Capítulo 16

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Mis heridas no me importan, ninguna es mortal y mi organismo es capaz de soportar mucho, apenas si espero el tiempo mínimo para levantarme después de la asistencia médica. Pero mi diosa ha tenido un derrame. Pasó luego de que el sedante perdiera sus efectos. Según Elizabeth, Damara estaba angustiada por lo que hizo estando inconsciente, y el nivel de estrés provocó el sangrado. Glags, un colega al servicio directo de la corona, también es experto en obstetricia vampírica. La atendió hasta lograr estabilizar el riesgo de aborto.

—¿Qué te pasó?— me pregunta desesperada en cuánto me ve —¿Qué te hice?

Yo veo en sus ojos que su preocupación por mi salud es sincera, eso me recupera más que mil tratamientos juntos. Me acuclillo junto a ella, a un lado de la cama. El único miedo que le tengo a mi diosa gloriosa es que escape de mi vida.

—Nada tan malo— le acaricio sus manos, sonriéndole —Eres maravillosa, extraordinaria...

—Daniel...

—Verte como te vi, fue un espectáculo fascinante...

Me ahorro la parte donde temí que su propio cerebro explotara, habría disfrutado en serio de verla exponer su alto poder si no hubiera comenzado a sangrar del modo en que lo hizo. Confío en que sea capaz de superar eso.

—¿Qué fue lo que te hice? — me mira las vendas que cargo.

—Esto no es nada. Me arrojaste las lanzas, pude esquivar la mayoría, pero una se clavó en mi hombro. Glags me hizo una pequeña cirugía, es el médico que te atendió durante mi ausencia, un chico brillante y de mi entera confianza. Nuestro hijo está bien.

—Asesiné al cóndor.

—¿A quién?— no entiendo lo que me dice.

—A tu consejero.

¿Cóndor? Qué comparación... ha de haber bautizado así a Sakpto Occs por sus facciones.

—Ah, sí, lo sé. Le quitaste la cabeza... o más bien la hiciste puré. No pudimos rescatar nada.

Detrás de mí, interviene mi querida amiga Elizabeth. Su esposo está a pocos metros.

—Creí que no la habían encontrado.

—Estaba por doquier— le explico —Entre el suelo y el techo, también había un poco en las paredes.

Eli exhala apretando los ojos.

—Lo convertí en papilla...— murmura mi diosa — ¿Y lo dices tan tranquilo?

—Intentó asesinarte, ¿O no?— me irrito al considerarlo —Si no lo hubieras ejecutado tú, lo habría hecho yo, y lo sabes bien.

—Pero quizás no del modo en que yo lo hice.

Damara me suelta para abrazarse a una almohada. No entierra su cara completamente pero encoje sus hombros hacia ella.

—¿Qué pasa?— le acaricio el pómulo que deja a la vista —¿No te gusta ser más poderosa que los demás?

—No de esta manera— mueve sus pupilas para verme —No sin un control sobre mí.

—Pero eso lo solucionaremos— vuelvo a hacerle cariños —Muy pronto será diferente.

—¿Y mientras tanto qué?— desafía rebelde.

—¿A qué te refieres?

—¿Qué tal si te hubiera asesinado?, ¿Si asesinase a cualquiera de ustedes?

—Eso no pasará.

—¿Cómo lo sabes?

—Esto ocurrió porque él te provocó, si él no hubiera hecho lo que hizo, ahora estaría vivo. Por su culpa casi pierdes a nuestro hijo. Maldito, espero esté pudriéndose en el infierno.

Lujuria Escarlata | LIBRO 2 (Línea de Daniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora