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El implacable sonido de la mano foránea chocar contra la mejilla del ya tan nombrado Hanma había resonado tan fuerte como si de una bomba se tratase. En facciones del joven y bajito chico se podían notar molesto, enfadado por las acciones que no estaban saliendo como él quería.

Inútil.

Desde el primer momento pensó que iba a tener a alguien a su lado que le ayudará, no a un idiota que terminara estropeando sus planes.

Idiota. Maldición.

Esto igual no iba a evitar que siguiera el curso de los mismos pero ahora debía buscar otra opción.

¿Cómo destrozar la ToMan sin usar su carta de triunfo que había sido Hanemiya Kazutora? Pensaba. Al igual que pensó que manipularle era más fácil. Si no se hubieran metido en su camino.

— Oi oi. No te enfades.

Se sobaba la marca que había sido dejada en su rostro sin ningún ápice de estar arrepentido, indiferente pero aún así divertido. Curvalinea en sus labios que le hacían pensar que no estaba muy bien en sus cabales.

— Más te vale arreglar esto, Hanma. O tendré que encargarme de ti después de la ToMan y de Mikey.

Su sonrisa había aumentado, de oreja a oreja, ante esa mención. A él no le importaría si se encargará de su persona. Aún así no tenía intenciones de dejar que acabará así.

— Ellos creen que ya lo tienen todo ganado por tener a Kazutora. No te deberías preocupar tanto. Él es más fácil de corromper de lo que piensas.

Asintió con la cabeza, eso esperaba. Dándole una patada sin previó aviso al chico alto, queriendo tenerlo arrodillado ante su persona. Una vez ello, le tomó del mentón con sonrisa algo tenebrosa.

— Ya sabes que hacer si esa persona ya no es de nuestro uso, ¿verdad?

Hanma tomó la mano que antes había sido puesto en su mentón, dándole algunos besos sumiso a sus palabras o eso quería hacer parecer. Brillo en sus ojos poco inocentes.

— Kisaki. Si Hanemiya deja de ser útil, yo mismo me deshacere del pequeño tigre.

Gesto hizo con una mano, como de si una pistola se tratase, apuntando a su propia cabeza. Irremediablemente divertido, ladea esta como si hubiera provocado su muerte con un disparo.

— Baaam.

Volviendo a besar la mano del bajito, gesto asquerosamente de mal gusto. Kisaki empujandole para que dejara de hacer eso.

— Eso espero. Hanma. O el que recibirá una muerte lenta y dolorosa serás tú.

Risa fue sonada de garganta y saliendo por labios del chico de tatuaje en sus hábiles, posando una sobre su rostro. En uno de sus orbes, tenebroso.

— Lo mataré, haha. Y podré ver de frente el gesto de dolor de Baji Keisuke.

Porque si. Hanma esta molesto de que le hubieran quitado su juguete, aunque era desechable no le había agradado esa acción.

Hanemiya Kazutora.

Si no eres mío no serás de nadie.

Te arrastrare hasta el mismo infierno con tal de tenerte.

Destrozare a aquellos que amas si es necesario.

Juguemos gatito.

— El último que quede de pie será el ganador. ¿Verdad, Ki-sa-ki?

Kisaki esperaba que no volviera a defraudarle, tenía gran esperanza puesta en su acompañante. Pero sobretodo, nunca dejaría perder una partida en sus propio juego.

Jaque mate, Kazutora.


Entre sueños y alas rotas. BAJITORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora