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El ambiente se encontraba muy ruidoso. Podía notar como incluso había gente que no era de ToMan o de Valhalla, Mikey los había llamado para que observaran. Supone que para que la batalla fuera más justa. Empezó a frotar sus manos sudorosas sobre su chaqueta cuando entraron viendo todo lo de su alrededor hasta que tuvo que ver la cara de Hanma, encogiendose en su sitio. Baji al notar su expresión le puso un brazo en su hombros mientras que justo el amigo de este, Chifuyu había hecho lo mismo. En medio de apoyo. No le conocía mucho pero le agradecía, y maldecia que el primer día le hubiera pensado mal por haberlo visto tan cerca de Baji. Quizás él sabía que sentía algo especial por su amigo de la infancia desde mucho antes.

— Gracias, estoy bien. — Hablaba bajito estaba escuchando como el árbitro hablaba con Mikey sobre las normas, teniendo delante a Hanma. — Todos contra todos o cinco contr---- — Esa persona había sido detenido cuando Hanma le había pegado un puñetazo en el rostro. — No me interesa la cháchara. Valhalla viene a destrozarlos y a llevarse a Hanemiya Kazutora a nuestro lado.

Quiso hacerse pequeño pero debía ser valiente, no se pensaba ir a ningún lado que no fuera al de su pareja y amigos. Así que negó, respirando hondo unas cuentas veces. Hanma no iba a ganar esta batalla.

— No me iré a ningún lado. — Todos estaban de acuerdo con eso, Baji incluso le había hecho un corte de manga bastante prepotente al saber que no se iba a ir. — Que te den jirafa, pienso partir hoy tu culo por lo que le hiciste la última vez a Kazutora.

El silencio después de eso fue casi asfixiante, podía notar terriblemente la tensión en todos lados. Todos esperaban que Mikey diera la voz para que pudieran ir a pelear.

— ¡A por ellos Tokyo Manji, no nos dejaremos ganar!

Allí fue cuando todo se volvió un descontrol. Todo se volvió una golpiza más otra, podía ver como algunos caían y otros seguían peleando.

Eran menos que Valhalla, mierda. Sin embargo ninguno se quería rendir. Estaba seguro que todos lucharían hasta que se quedarán sin fuerzas. Y él pensaba hacer lo mismo.

Junto a Baji a su espalda, ambos protegiéndose él uno al otro daban golpes. Pero se había quedado un momento embobado cuando el contrario se puso la gomilla en el pelo, lo que significaba que iba en serio con todo. Y como le gustaba verlo así. Fue que se quedó entretenido que le dieron un puñetazo, Baji pateando entonces al que le había hecho daño.

— ¡Tora joder no te quedes en babia! — Notaba como le sobaba el golpe que le acaban de dar, dolía pero no le importaba. Pero parecía que le querían interrumpir el momento a lo que ambos chicos le pegaron un fuerte golpe a los que intentaban golpearlos al grito de: ¡No interrumpas!

Más enemigos salían como si fueran cucarachas, en vez de desaparecer se multiplicaban. Empezaban a sentirse cansados y justo antes de que la poca voluntad que tenían se fuera a tomar por saco pudieron ver a Takemichi intentando golpear a la gente haciendo hueco para que Draken pudiera pelear con normalidad puesto que le habían rodeado por ser uno de los más fuertes.

— ¡No me pienso rendir! — Todos veían como hacía lo más que podía para que todos volvieran a como al principio. Y funcionó, se veían más entusiasmados. — Parece que Takemichi tiene algo que hace que los demás sigan peleando aún cuando están agotados. — Comentó, mientras que notaba su teléfono vibrar bajo su bolsillo. Pensaba que lo había silenciado del todo. — Si, eso es parte de su espíritu aunque no sirva el muy tonto para pelear. — Le decía Baji pero él se había quedado mirando la pantalla del móvil.

Tomando y recibiendo la llamada para saber que mierda quería, después pensando en bloquearle siendo algo que ya debería haber hecho hace tiempo.

— Dejame en paz de una vez. — Golpeó con la mano libre a la persona que tenía delante, tranquilamente hablando a pesar de que sabía que no era bueno recibir la llamada.

Las palabras de aquel sueño antiguo: Baji nos ha traicionado. Le vino a la cabeza, a pesar de que ya eso no podía ser ninguno se encontraba esa pandilla. Así que expectante esperaba una respuesta.

— Gatito, ¿no piensas miras las imágenes que te pase? ¿O acaso aún quieres jugar al que eres importante para ellos? — ¿imágenes? El móvil le temblaba en la mano. ¿A qué se refería? — Nunca les has importado. Te van a abandonar.

No, no, no. No quería hacer caso a las palabras del chico alto que salían de su móvil, pero su mente seguía siendo tan manipulable cuando era pequeño. Se volvía a sentir inestable y quería que el mundo desapareciera ante él cuando vio todas esas imágenes.

El móvil cayendo al suelo al mismo momento en que su mente se nublaba y lágrimas se agolpaban en sus ocelos. Había dejado de escuchar lo que tenía a su alrededor.

Hanma a lo lejos sonreía, lo había conseguido. O eso creía.

Y Baji. . . Le miraba con preocupación yendo a abrazarle suavemente. Sin poder conseguir una reacción por su parte.

— ¿T-Tora. . .?

Entre sueños y alas rotas. BAJITORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora