Todos estaban de acuerdo que no pensaban dejar que pasará más dolor por culpa de esa persona. No sabía cómo se sentía, ¿agradecido? ¿aliviado? ¿nervioso? Solo sabía que no quería que llegará ese día, el miedo era lo único que podía identificar en todas sus emociones. Sus manos temblaban sin saber si debería mirar los mensajes constantes que le daba Hanma, no. No debería. Quiso ignorarlo con toda la voluntad que le quedaba.
Se encontraba escondido entre las sabanas de la cama de Baji, hacía un rato que habían vuelto a su ahora hogar. La madre del mismo le había tratado tan bien que le dolía no haber tenido tanta suerte con los suyos.
A su propia madre no le importaba, pero sabía que él no se lo merecía de todas formas. Solo era una basura desechable, esperaba realmente que se cansaran de él pero por otra parte, no era lo que quería. Estaba echo un lío.
— Tora, no puedes quedarte escondido en la cama para siempre. . .— Baji miraba el bulto que sabía que era su pareja, expresión triste en su testa, no sabía cómo animarle. Se sobo el rostro cansado con una de sus manos sentándose en un hueco que quedaba de la cama. — Mañana les dejaremos claro que nadie te quitara de nuestro lado, ten eso claro ¡joder! — Pensaba cumplir esa promesa, al igual que la de que siempre estarían juntos incluso si iban al mismo infierno. — K-Kei. . . — De entre las sabanas una voz había sonado, temblorosa soltando un pequeño hipo al estar casi a punto de derramar lágrimas otra vez. Lo que provocó que Baji acaricie por donde pensaba que tenía su cabeza. — Tengo m-miedo.
Si, Hanemiya Kazutora estaba asustado. Pero no era el único, todos los estaban. Entre ellos Takemichi, temía que pasará el futuro del que viene.
— Yo también. . . Pero estamos junto en esto, la ToMan no se dejara vencer tan rápido. — Se cuela entre las cobijas, abrazando al mayor rodeando su tembloroso cuerpo. De espaldas podía notar esas hábiles sobre su cintura, Baji intentaba que estuviera más tranquilo. — Confía en mi.
No pudo evitar soltar sollozos que se había aguantado antes, débiles pero sonoros provocando más temblor en su anatomía. Dejando expresar su dolor.
— Ya se como animarte.— Murmura antes de tomarle en brazos con las sabanas incluidas para llevarlo al cuarto de baño, metiendolo en una bañera aún vacía. — Hueles que das pena, duchate o lo haré yo mismo. — Alza las cejas esperando que reaccionara, pero él solo había pronunciado una queja de sus labios. — Vamos a salir.
Terminó de decir saliendo Baji del cuarto de baño, le había dejado solo. Sin muchas ganas se levantó, dejando las cobijas que le rodeaban en el suelo, empezando por quitar también su ropa.
Quedándose un rato en la ducha mientras quitaba las últimas lágrimas que derramaria por hoy, dejando que el tiempo pasará hasta que llamaron a la puerta. Se había olvidado que iban a salir, tan tranquilo estaba con el agua cayendo en su cuerpo que quiso dejar sus pensamientos innecesarios de una vez. A pesar de que no duraría mucho.
— ¡Voy! — Exclama saliendo con cuidado y tomando una toalla, secándose para luego ponerse la ropa que le había sido dejada. — ¿A donde vamos? — Se podía denotar más animado, la ducha le había sentado bien. Ahora la curiosidad invadiendo su ser. — Es una sorpresa, Kazutora.
No quiso preguntar más esperaría a ver a donde le llevarían. Terminado salió abriendo al tomar el pomo de la puerta, allí estaba Keisuke. Se veía tan lindo que no sabía si se había sonrojado al sentir la sangre volver a sus mejillas o si era por culpa de la calor que había pasado en el baño.
— ¿Sabes que eres jodidamente lindo cuando estas sonrojado? — Se quedó parpadeando ante el repentino halago, dejándole más paralizado cuando notó los belfos sobre sus mejillas ruborizadas. — A-Ah.
Simplemente negó con la cabeza, ante un susurro de "no digas tonterías", no dejaría de pensar que lo que menos era lindo. Baji había soltado una carcajada, pasándole el casco. Había notado que llevaba una mochila. ¿Acaso iban a ir a un lugar a pasar el día?
— ¿Aún no me piensas decir a donde vamos?
— No, tendrás que esperar a que lleguemos — Estaba sonriente empezando a tirar de su mano para llevarle fuera de la casa hacía las motos. — ¡Agarrate. . .!
Por fin de nuevo notando el viento pasar por su semblante, pudo relajarse de nuevo. Quería que se detuviese el tiempo y que el día de mañana no llegará. Pero, ¿acaso no era imposible eso? Solo le quedaría la ilusión de que nada fuera a pasar.
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Entre sueños y alas rotas. BAJITORA
FanfictionUna venganza a veces puede costar la pérdida de lo que más te importa. Si pudieras evitar el mal que te avecina, ¿serías capaz de cambiar el futuro? Hanemiya Kazutora empezó a tener visiones, imágenes de otra vida que nunca pensaría que había tenid...