El brazo donde antes fue atrapado le dolía, podía notar como esa zona se encontraba enrojecida y la forma de la mano de Hanma en ella. Hizo ademán de tocar allí pero solo un simple roce le había dolido, apartando rápidamente su hábil. Se encontraba algo abultado, ¿qué tanta fuerza había usado? Pronto tendría un feo moreton.
Su caminar le fue llevado a un río cercano, donde tomó una piedra del suelo para lanzarla al agua. Viendo como esta daba pequeños botes. Uno, dos, tres. Hasta que cayó al fondo del mar, imaginando que él era esa piedra. Una piedra que caía hasta ahogarse con razón.
Estaba bastante concentrado viendo el agua y escuchando el sonido de esta, imaginando lo placentero que sería hundirse y poder desaparecer de la faz de la tierra. Hasta que dicha concentración fue detenida. No había notado que alguien le había tomado el brazo herido. Quejido saliendo de sus labios, ¿por qué ahora a todos le daban por salir de repente detrás suya? Un día de estos tendría un ataque al corazón.
Sus latidos no iban a la par que su rostro sorprendido cuando vio que esa persona era ni más ni menos que Mikey. El cual le miraba entre molesto y preocupado, al ver la marca que tenía en su brazo. No parecía haber rencor en sus ocelos, a pesar de que en los suyos dominaba la histeria.
— ¿Quien fue?
— Mikey, Mikey. ¿Viniste a qué te mate?
Dijo rápidamente, las palabras casi se habían atragantado en su boca. No sabiendo cuando empezó a dudar en su misión. En su objetivo.
El sueño debía ser la razón, había comenzado a dudar de que todo estuviera bien después la aparición de estos.
Porque la razón de la muerte de Baji empezó con su sed de venganza, en quitar aquel crímen del que no quería tener la culpa.
Su mente estaba rota, no podía saberlo. Sus ojos ardían en furia, incluso se le podían notar marcadas las venas de su semblante.
Mikey no se apartó, seguía mirándole con ¿tristeza? ¿Acaso quería ayudarle? Él fue la causa de su dolor. No tenía lógica alguna en su cabeza.
— Kazutora, vamos a curarte esto.
No quería luchar ahora, viendo como la mirada de él era dubitativa. En parte viendo el dolor del mismo, uno que no lograba entender el de hebras rubias. Incluso su mirar denotaba su soledad. Una que quería ocultar.
— Ha ha ha. ¿Hoy saliste chistoso? Deja de joder, tengamos una pelea a muerte.
Negó, mediante estos días había estado conversando mucho con Baji y compañia, había notado lo deprimido que este estaba y todos intentaban ayudarle.
Mikey sabía cual era la razón. Lo tenía delante ahora mismo.
Pero Kazutora ajeno a eso ladea un poco su cabeza, haciendo sonar la campana del pendiente de su oreja.
— MIKEY. ¡Deja de mirarme así! Tú eres el culpable de todo, tengo. . . ten. . .go que matarte.
— ¿Y eso devolverá la vida de mi hermano, Kazutora?
Se quedó en blanco cuando dijo eso, el rubio aprovechando para darle un golpe en la nuca. Antes de eso había podido escucharle balbucear cosas sin sentido, en un momento de ida de olla.
Se lo llevó en el hombro, caminando tranquilo hasta la casa de su abuelo. No podía dejar las cosas así.
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ㅤㅤㅤ╰━━━┈┈┈┈┈┈┈╯El cuerpo inconsciente de Kazutora había sido dejado en un cuarto de las muchas habitaciones que había en la residencia de los Sano.
Mientras tanto Mikey estaba hablando con unos recientes invitados, que fueron llamados a esas horas de la noche.
En si se trataban de Baji, Draken, Mitsuya e incluso Takemichi. El rubio los había llamado preocupado por Kazutora.
Quería dejar esta guerra sin sentido, Baji desde que pasó aquello siempre le había dicho que Kazutora nunca quiso hacerlo. Fue un accidente.
— ¡Te dije que estaba preocupado por Kazutora no que lo dejaras inconsciente y lo secuestren!
Exclama un agitado Baji, a punto de pegarle un puñetazo al líder de la pandilla que una vez crearon hace unos años.
— Calmense.
Draken siempre tenía que estar detrás de ellos, a veces parecía una mamá preocupado por sus pequeños hijos. Una mamá pato.
— ¿K-Kazutora esta bien?
Pregunta Takemichi, preocupado desde el último incidente cuando lo encontró desmayado. En si una situación parecida porque él estaba de nuevo así.
— Creo que primero deberíamos escuchar que dice Mikey, ¿verdad?
Mitsuya intentaba que no se volvieran a pelear, voz calmada y sonrisa suave mantenía en su semblante.
— Agh, esta bien. Ya empieza a decir.
Baji se cruzó de brazos, impaciente. Casi parecía que quería salir corriendo a la habitación donde se encontraba su amigo. Para verificar el estado del mismo. Angustiado.
Pero de los labios de Mikey no salió palabra, puesto que fue interrumpido con el grito de alguien teniendo una pesadilla.
El de Kazutora.
Baji no tardó en dirigirse donde se encontraba él mismo, abrazando al mismo para intentar calmar los sollozos que salían de su boca. Queriendo limpiar las lágrimas de sus ocelos, hacerle olvidar el dolor que sentía.
Él aún no despertaba, empezando a calmarse por las atenciones que le estaba dando el de melena larga y negra. Rodeando anatomía ajena con fuerza.
Esa situación la veían los demás miembros de la conversación de antes, notando como por poco Baji de la preocupación podría haber roto la puerta o como a punto estuvo de hacerlo. Mikey tenía cara de pocos amigos por ello.
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Entre sueños y alas rotas. BAJITORA
Fiksi PenggemarUna venganza a veces puede costar la pérdida de lo que más te importa. Si pudieras evitar el mal que te avecina, ¿serías capaz de cambiar el futuro? Hanemiya Kazutora empezó a tener visiones, imágenes de otra vida que nunca pensaría que había tenid...