IV.

19.7K 2.3K 879
                                    

—Me sorprende que hayas querido venir aquí antes de comer, Mikey —el chico de trenza y tatuaje en la sien, miraba al de cabello cenizo que le había insistido en venir a ver a Takemichi a su colegio, para saber si estaba mejor.

—Anoche Takemicchi parecía bastante mal, solo quiero saber si se encuentra mejor. Además, lo que me dijiste de esos tipos, lejos de tranquilizarme, me preocupó más —respondió el más bajo, caminando despacio, con las manos en los bolsillos.

—Sí, pero Takemicchi debe estar en clases ahora. Solo terminarás molestándolo más, es mejor que le des espacio. Parecía bastante perturbado, cuando lo ví anoche...

—Por eso mismo quiero saber si está mejor. —finalizó Mikey, entrando como si nada al establecimiento. Siendo seguido por cuatro chicos que llegaron corriendo y frenaron a unos cuantos metros de ellos; jadeando y tratando de recuperar el aire.

—Mierda, tardamos más de lo que planeamos —dijo el de cabello negro, que ni Mikey ni Draken conocían. De hecho, no conocían a ninguno de los cuatro.

Solo planeaban ignorarlos y seguir su camino hacia el aula de Takemichi.

—¿Enserio creen que Takemichi esté aquí? Su uniforme estaba hecho mierda en el suelo. —mencionó un chico de lentes, llamado la atención de los dos rubios, quiened rápidamente se acercaron al pequeño grupo que estaba dándoles la espalda.

—Oigan, ¿ustedes conocen a Takemicchi? —preguntó el más alto y los chicos se giraron de inmediato.

—U-ustedes son… —titubeó el de lentes, que al igual que sus amigos reconocieron al par enseguida.

—¿Que decían de Takemicchi? —preguntó el rubio cenizo con una sonrisa—. ¿Pasó algo malo con él?

—Bueno, no sabemos si es algo malo, pero definitivamente algo pasó —respondió el de cabello castaño claro—. La madre de Takemichi llamó a mi casa a preguntarme por él, ya que no respondía ni su teléfono ni el de su casa.

—... Así que fuimos a su casa para ver si estaba allí, y encontramos todas las cosas de su habitación afuera, en la basura. Inclusive su televisor estaba allí. La puerta de su casa estaba medio abierta y en su habitación solo encontramos un cuaderno, un lápiz y su uniforme tirado y arruinado en el suelo... Guardamos todas las cosas en la cochera y lo llamamos al teléfono varias veces, pero no…

—Chicos, los estaba buscando –la dulce y preocupada voz de una chica, interrumpió la conversación, mientras iba acercándose rápidamente a ellos—. Draken-kun ¿pudiste hablar con Takemichi-kun anoche? ¿sabes qué le pasa? —Hina traía su teléfono en la mano y un rostro bastante preocupado.

—¿Por qué lo preguntas? ¿ocurrió algo más? —Akkun ya comenzaba a preocuparse de más.

—Estaba inquieta porque no había venido al colegio, pero hace un momento me llamó desde un teléfono público y me dijo tenía que hablar conmigo esta noche en el parque Umishita…

—¿Te dijo en dónde estaba? —preguntó rápidamente el azabache y la chica negó.

—Sonaba muy serio y apagado. Su voz… no lo sé, simplemente no sonaba como él. Además, me llamó “Tachibana-san” Eso fue muy raro —la menor tenía una expresión triste y preocupada.
Pensaba que tal vez el chico se había enfadado con ella por alguna razón. Quizás por haberlo golpeado en el templo... No pensó que el chico reaccionaría así, talvez debió escucharlo antes de dejarse llevar por el enojo.

—Está bien Hina-chan. Solo ve a verlo esta noche y dile que conteste su teléfono —le dijo Draken con un tono tranquilo, para suavizar el ambiente y relajarla un poco.

¿Y quién salvará a Takemichi? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora