XXIII.

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—-Brillas, incluso sin mi existencia
¿Puedo protegerte a mi manera?

Tu eres mi mundo
Yo solo soy una luna
La pequeña estrella que ilumina tu corazón
Tu eres mi mundo.
Y todo lo que veo eres tú.
Solo te estoy mirando

—-Tal vez que me estás mirando ahora.
¿Te dolerá mi dolor?

Me moveré a tu alrededor
Estaré a tu lado
Siempre seré tu luz
Todo por ti.

-—☾︎ 𝑀𝑜𝑜𝑛 ✯

✧༺🖤༻✧

Ya de noche, casi a las 11:30 para ser exactos, Inoishi se marchó de la casa, dejando a Kazuhisa allí y así volver por él mañana. Pues prometió comer con los chicos y además no quería cargar con el minino a esas horas; ya estaba dormido junto a Peke J, en la pequeña cama improvisada con camisas.

Chifuyu llamó a su mamá en la tarde para preguntarle a qué horas volvía y ella le dijo que llegaría en la mañana del sábado, pues tenía asuntos que atender antes del fin de semana.
Chifuyu le pidió permiso para que Takemichi se quedara a dormir y la mujer aceptó sin mucho problema, agradeciendo que no tuviera que estar solo, pues odiaba cuando tenía horas extras y su hijo debía pasar la noche solo; tal vez en las calles con sus amigos, y eso le preocupaba.

Ino rompió su juramento de no volverles a cocinar y preparó ramen para todos de cena. Instantáneos, pero él los preparó, así que contaba como cocinar. O al menos eso se encargó de recalcarle Chifuyu.

Ahora Takemichi estaba en la cocina, limpiando el desorden y lavando los trastes que habían dejado por el almuerzo y la comida. Al terminar, subió a la habitación de Chifuyu, encontrándolo acostado con Peke J en el abdomen y Kazuhisa en la cama de camisas del minino negro.

Fue a la habitación de huéspedes por el futón, pero antes de llegar a la puerta, escuchó unos ruidos en el cuarto de Chifuyu. Así que dudoso, volvió a la habitación pensando que el rubio se había levantado o los gatos habían tirado algo.

Estuvo a punto de entrar, pero reaccionó rápidamente y retrocedió escondiéndose tras la pared, a un lado de la puerta.

Baji estaba en la habitación.

Había entrado por el balcón como acostumbraba antes y estaba de pie frente a Chifuyu, observándolo mientras este dormía.

Takemichi se asomó un poco y se sorprendió al presenciar aquello que nunca imaginó ver.

Keisuke estaba llorando.

Era claro por sus sollozos y la luz de la luna, que entraba por la ventana del balcón e iluminaba el rostro de Chifuyu y una parte del rostro de Baji.

—Mierda... —escuchó susurrar al azabache con la voz rota— Sé que no me escuchas, pero... lo siento, l-lo siento muchísimo —susurró limpiando sus lágrimas— Deberías pensar que te traicioné y alejarte de mi... odiarme, pero... me alivia tanto saber que nunca me odiarías. Podría jurar... que sabes en que estoy pensando.

"Ja! a veces siento que es capaz de leer mi mente... Cuando se crean lazos así, es complicado alejarse a pesar del peligro. Sobretodo cuando uno de los dos está sufriendo ¿no lo crees?"

Takemichi bajó la mirada recordando las palabras de Ino. Unas palabras muy precisas.

Tal y como ese dueño con una familia peligrosa, Baji trataba de alejar a Chifuyu, pensado que su vida es peligrosa y/o está manchada por ese terrible suceso de hace dos años; queriendo protegerle.

¿Y quién salvará a Takemichi? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora