XXIX.

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Pensar es fácil, actuar es difícil, y poner los pensamientos de uno mismo en acción es lo más difícil del mundo.

✧༺♥༻✧

《—No puedes arriesgar tu vida de ninguna manera. Es lo que más debes tener presente en toda la pelea. Si mueres, definitivamente Mikey perdería el control, todo se iría a la mierda. Debes mantener y cumplir tus promesas ¿entendido?

Takemichi reaccionó rápidamente y se puso frente a Baji, interfiriendo en el camino de Kazutora.

El azabache le miró entre sorprendido y alarmado por la acción tan repentina.

—¡Takemicchi! —Chifuyu gritó preocupado, haciéndose miles de ideas desagradables en su cabeza y viendo todo pasar muy rápido frente a sus ojos.

Takemichi lo sabía, debía mantener su palabra y aceptaba a regañadientes que su meta había cambiado, al menos por ahora…

No podía morir.

Bufando, levantó su pie rápidamente y, como si de una reacción por reflejos se tratase, pateó las manos de Kazutora con suficiente fuerza; aquellas que sostenían la navaja, que al instante, salió volando y cayó sobre otro auto, no muy lejos de ellos.

Kazutora retrocedió un poco confundido y perdiendo un poco de estabilidad, terminó tropezando y cayendo sobre sus rodillas, a poca distancia de Takemichi.

—Takemichi, ¿estás bien? —preguntó Chifuyu de inmediato, pero el castaño no respondió, solo fijó su mirada su mano, con gesto molesto.

Seguía tan temblorosa como al principio. No, ahora temblaba incluso más.

Estaba tan asustado.

Entonces entendió que el miedo no puede frenarlo. No cuando la vida de otros dependen de él.

Ahh~ son tantas cadenas, tantas promesas —pensó con resignación, sin dejar de ver su mano—. Puedo verlo claramente ahora... para mí será más difícil morir, que lograr un futuro aceptable.

Terminó razonando, mientras guardaba sus manos en los bolsillos de su suéter y se acercaba a Kazutora.

—¿Por qué sigues metiéndote? ¿Tanto quieres morir? Yo mataré a quien se interponga en mí camino…—murmuró el de ojos ámbar, exaltándose un poco cuando Takemichi pisó fuertemente el capó del auto que estaba frente a él; uno que sobresalía de la primera base de carros.

El de ojos azules se inclinó hacia delante, aún con las manos en sus bolsillos, hasta que su rostro quedó bastante cerca del de Kazutora, los audífonos colgaban de su cuello y su pecho casi tocaba su propia rodilla.

—Si es así, ¿entonces por qué estás tratando de matar a tu mejor amigo; el único que ha estado contigo y el que lo estaría siempre? —le susurró lo suficientemente alto, como para ser únicamente escuchado por él.

Kazutora abrió los ojos molesto y apretó el bolsillo de su chaqueta con fuerza. —Él también me abandonó... Morirá...

—¿Hah?

Takemichi realmente no lo entendía aún, ¿qué rayos estaba diciendo? ¿por qué Kazutora había tratado de matar a Baji en primer lugar?

Sabía que todo había sido plan de Kisaki, pero ¿cómo lo hizo, cómo logró manipular a Kazutora sin siquiera acercarse? Hace un momento Kazutora decía que no entregaría a Baji ¿y de repente lo quiso matar?

El oji-azul observó hacia arriba de reojo, y frunció el ceño confundido al ver a Kisaki con un teléfono en su mano, a punto de guardarlo. Miró hacia el otro lado, en dónde la gran mayoría de miembros se encontraban peleando arduamente y vió un teléfono en la mano de Hanma también, mientras este apenas era alcanzado por Draken. Entonces por instinto, miró a Kazutora de nuevo. Estaba apretando su bolsillo y de este destacaba la figura cuadrada característica del mismo teléfono.

¿Y quién salvará a Takemichi? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora