XXI.

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Quédate un momento así
no mires hacía mi
que no podré aguantar,
si clavas tu mirada
que me hiela el cuerpo,
me ha pasado antes
que no puedo hablar.

Talvez pienses que estoy loco
y es verdad un poco
Tengo que aceptar,
pero si no te explico
lo que siento dentro
no vas a entender
cuando me veas llorar.


✧༺♥༻✧


Verdaderamente habían momentos en donde Mikey se preguntaba "¿en qué está pensando Takemicchi?"

Golpear a Kisaki de esa manera y actuar como si nada al respecto, no era lo más sorprendente que había hecho. Esas miradas profundas o aquellos momentos en los qué parecía perderse en el aire y su mente, se le hacían muy extraños.

Le observó. A su lado yacía inconsciente con un labio roto y otros cuantos golpes en el rostro.

Definitivamente entre lo más extraño que había hecho, estaba ese repentino cambio de look; el cual le quedaba muy bien, a su parecer, pero al mismo tiempo le pareció un cambio bastante brusco y repentino.

Mientras recordaba ello y como se lo repetía a sí mismo en los últimos meses, una sonrisa se plasmó en su rostro. Los momentos fueron únicos; cada uno de ellos. Desde incendiar la cocina, hasta verle dibujar o leer. Y aunque últimamente, todo se estaba complicando con Valhalla y ahora Baji, aún así, ver a Takemichi le hacía sentir una extraña paz y sentimiento de seguridad.

Mikey confiaba en que Takemichi podría hablar con Baji y hacerle entrar en razón. El oji-azul tenía una increíble habilidad, para tocarte con sus palabras y el lo sabía por experiencia propia.

Aún recordaba la historia que le contó mientras dibujaba, y para él, eran claras las referencias en ella, o al menos la mayoría.
Eso solo hacía que su curiosidad aumentara y se preguntara ¿porqué Takemichi pensaba eso de él? ¿porqué eligió ese final tan triste? Y sobre todo: ¿a quién hacia referencia la mariposa?

Enserio, daría lo que fuera por saber, qué pasa por su mente.

El rostro de Takemichi, a pesar de estar inconsciente y dormido, parecía agotado y frustrado. No había necesidad de ser adivino para saber que él estaba sufriendo en silencio.

Takemichi vivía diariamente con estrés y preocupación. Aunque no se viera reflejado en sus expresiones, la idea de tener que salvarlos a todos era simplemente agobiante. El solo hecho de pensar en el futuro le hacía desear morir pronto. Más sin embargo se mantiene fuerte ante todos, por el futuro de quienes aprecia. Aunque para él no es mantenerse fuerte, sino mantenerse vivo y hacer algo al respecto… como si eso no necesitara fuerza.

En un instante, mientras Mikey detallaba el rostro agotado y maltratado de Takemichi, una marca negra bajo el suéter rojo que traía puesto llamó su atención.

Frunció el ceño confundido. Parecía el inicio de un tatuaje, pero no podía creer que Takemichi tuviera uno, aunque no le sorprendería que así fuera.

Se acercó mucho, tratando de ver si lo era, pero el suéter no lo permitía y cuando levantó su mano y la llevo hasta este para subirlo un poco, su muñeca fue tomada rápidamente.

Bajó la cabeza e hizo contacto visual con el oji-azul, quien sostenía su muñeca sin hacer presión alguna, mientras le observaba fijamente también, con sus mejillas totalmente rojas.

Mikey estaba realmente concentrado en esos ojos azules y brillantes que ya no parecían sufrir en absoluto. Eran preciosamente hipnotizantes y le dejaban perdido. Tan perdido que no veía todo el contexto del momento; ese en el que Takemichi parecía confundido y se removía, un poco incómodo y un poco bastante avergonzado.

¿Y quién salvará a Takemichi? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora