¿Y quién salvará a Takemichi?

XVIII.

Quien con monstruos lucha, que cuide también
de convertirse a la vez en un monstruo.

Cuando miras por largo tiempo a un abismo,
el abismo también mira dentro de ti.

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7 de Agosto 2:30 a.m

Oscuridad.

De repente estaba en medio de una oscuridad aterradora, su pecho subía y bajaba sintiéndose nervioso, como si estuviera siendo dirigido a su ejecución.

Girando pudo observar que sobre una parte de aquella oscuridad, se veía una luz parpadeante formar un rectángulo vertical.

Acercándose a la luz, pudo escuchar unas voces y entonces notó que esa luz venía de unas velas encendidas del otro lado, en dónde al parecer, había una habitación.

Aquella luz era la que se escapaba por el marco de la puerta que lo separaba a él, de la verdadera pesadilla.

—Este idiota está haciéndolo todo mal —escuchó decir de una voz que reconoció al instante, dejándolo paralizado e incapaz de abrir la puerta.

—Es realmente inútil. Terminará hundiendo a Mikey —dijo otra voz; una femenina que también identificó.

-. Es su culpa por esperar mucho de él ¿no se dieron cuenta de que es un inútil hasta ahora? No debieron dejar a Mikey en sus manos.

-. Izana tiene razón. Nos equivocamos con ese idiota sólo por su parecido con Shinichiro-san

-. Más cuidado. Mi hermano era débil pero una persona increíblemente valiosa. Este idiota no vale nada.

-. Haganaki Takemichi debe morir antes de que siga provocando desastres.

Takemichi retrocedió tropezando con su propio paso y al estar en el suelo cubrió sus oídos negando repetidamente.

Saberlo está bien; escucharlo de aquellos que dejaron a Mikey en sus manos... ¿Cuál era la necesidad de hundirlo más en su locura?

-. Oh miren, ha estado espiándonos —escuchó de alguien burlón y al levantar la mirada pudo observarlos a todos frente a él.

La mirada de Izana mostraba burla y desagrado.

La de Emma y Draken mostraban decepción y hastío.

La de Baji y Kisaki mostraban total desprecio.

Todos vestían lo mismo de aquel día que murieron, tenían la sangre derramándose fresca por sus cuerpos, como si estuvieran condenados a sangrar dolorosa y eternamente por su culpa. Por no haber evitado sus muertes incluso sabiendo lo que pasaría.

-. No pudiste con esto ¿no? Fué mucho para ti —le dijo Emma desviando la mirada con tristeza y molestia.

-. Te dejé en el tanabata después de expresarte lo que sentía y sólo te suicidaste como un cobarde. Abandonaste a Mikey de la peor forma —Draken negaba con sus labios torcidos en un gesto de desagrado y repulsión.