Tristeza, miedo, soledad; vivir sintiendo constantemente esas emociones, puede ser más doloroso que recibir una puñalada. El pensar que no hay nadie aparte de ti que enserio sepa y comprenda por lo que estás pasando, puede llegar a ser mentalmente desgarrador. Ver personas a tu alrededor disfrutando de la vida que tú quieres desechar, lejos de ser inspirador, es de lo más incómodo que se puede experimentar.
La muerte; el miedo de las personas felices u optimistas, que temen al día que esta llegue a arrebatarles el aliento, ya sea a ellos o a sus familiares.
Esa misma muerte, es la que ha llegado a ser el deseo de los que viven entre la miseria, la necesidad y el dolor. Anhelada por esos que se preguntan a diario “¿Por qué a mí? ¿hay alguna razón para seguir?” esos que han recibido los golpes más crueles de la vida, esos que se quedan horas mirando al vacío, pensando en miles de cosas; deseando no pensar más… totalmente agotados.
Justo cuando Chifuyu corrió a los brazos de Baji, Takemichi dió media vuelta tan incómodo como abrumado y comenzó a caminar a paso lento.
Con sus ojos vacíos y perdidos, deambulaba dando un paso y otro, y otro. Hasta que en algún punto se encontraba corriendo, como si así pudiera escapar de todo el revoltijo de emociones que comenzaban a instalarse en su mente y estómago; provocándole náuseas y mareos.
Al instante sus pulmones comenzaron a doler hasta el punto de quemar por el poco aire que tomaban. Comenzó a sentirse asfixiado y abrumado. Las heridas en sus manos ahora ardían con el sudor frío que sus palmas producían, pero lo peor de todo era el dolor en su cabeza.
Definido en una palabra es Insoportable.
Sentía que su frente se hinchaba provocándole un horrible dolor, como si estuviera a punto de reventar. Era claro que su cuerpo comenzaba a perder energía mientras corría y a causa del dolor que se esparcía por todo su cuerpo. Pero eso no era lo que verdaderamente le afectaba.
Físicamente tenía un aguante insoportablemente bueno. Mentalmente, se estaba volviendo una mierda.
Con las venas de su sien palpitando y esos mareos que lo desubicaban, empezaba a ver aquellas imágenes que hace unos minutos trataba de evitar. No solo recordando con claridad la muerte de sus amigos, sus últimas palabras, esa promesa de cuidar a Mikey que parecía atarlo a esta pesadilla y lo sucedido en los últimos doce meses de su vida. También de repente, como si de una maldición se tratase, en su mente se incluyeron los recuerdos de las humillaciones que vivió en el pasado, a causa del maltrato escolar que sufrió cuando era realmente un infante que no tenía idea de lo que era el mundo, pero que ya estaba seguro de que era una mierda.
Pensaba que eso también había sido superado. Pero de nuevo, miles de recuerdos corrosivos y agobiantes se desataron por su cabeza como aquel día en que solo pudo detenerlos momentánea y desesperadamente con un disparo doloroso, directamente en su sien derecha. Uno del que –ya en este punto– no se arrepentía en absoluto.
Podría comparar ese año y medio de acoso escolar, de servir con la frente pegada al suelo, de terminar varias veces en el hospital por las “pequeñas bromas” o “necesarios castigos” recibidos por Kiyomasa y sus secuaces con los últimos meses en los que se había esforzado en vano por salvar a los que lo rodeaban, y solo podía llegar a una conclusión:
Que mierda de vida –pensó riéndose con amargura y frenando de golpe, frente a la enorme bahía que parecía tan perturbada como el, con las olas danzando con agresividad. O talvez así lo veía desde su perspectiva.
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¿Y quién salvará a Takemichi?
FanfictionDespués de la muerte de Draken y ver a Mikey tan perdido; Takemichi, con su mente reviviendo constantemente sus errores del pasado y las muertes que presenció, no resiste una más y toma la desesperada decisión de callar los terribles pensamientos qu...