¿Y quién salvará a Takemichi?

II.

Lo que para otros es claro, yo no lo comprendo.

Lo que dicen en aglomeraciones parece convencerlos a todos, pero yo no estoy de acuerdo.

Debe ser por eso que hasta respirar me aburre o me arde.

Y mientras yo pienso que quitarse la vida requiere decisión y valentía.

La sociedad tachan a aquellos que lo hacen como débiles y cobardes.

Definitivamente soy tan rara como lo creían.

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Parque Suginami Kuritsu; Shibuya -Hace unas horas:

Había perdido la cuenta de las veces que miró su teléfono con impaciencia o las llamadas que fueron a parar al buzón de voz.

Había hablado por teléfono con su amigo minutos antes de empezar su turno en la tienda, y este lo había dejado inquieto al contarle que se había unido a una de las tres deidades de Kanto.

Habían quedado en encontrarse en este parque, pero Takemichi no lo había escuchado porque justo en ese momento Senju había llegado a invitarlo a salir. Así que solo asintió a todo lo que dijo su amigo y este se encontraba actualmente esperándolo allí.

Mientras pasaban los minutos, el rubio comenzaba a sentirse nervioso; sus manos sudaban frío y su corazón se aceleraba poco a poco. De repente se sentía incómodo en ese banco solitario.

—Hah ¿por qué no llegas Takemichi? Tengo un mal presentimiento —sin poder esperar más, decide ir a buscarlo en su casa, pero antes pasar por el taller de Draken, ya que Takemichi le dijo que este también se había unido a Brahman. Lo más probable es que esté con él de no estar en casa.

Entre más caminaba, su corazón latía más rápido y sin darse cuenta, estaba corriendo rápidamente por las calles, como si el aire lo impulsara y la creciente lluvia le insinuara que debía darse prisa.

Su corazón aceleraba con cada paso y por alguna razón sentía el recuerdo de su amigo lejano.

Al llegar al taller, vió a un Inupi despedirse de un cliente con obvio afán, mientras guardaba todo, para cerrar la tienda.

Eso sin dudas lo asustó más.

¿Por qué se veía tan preocupado? Y ¿Dónde estaba Draken?

—Inupi... —el mencionado logró alcanzar el manubrio del portón, para poder bajarlo y rápidamente observó al recién llegado.

—¿Chifuyu? ¿Qué haces aquí? —pronto Inui creyó comprender la situación y la respuesta del menor— Te enteraste del ataque hacia Takemichi ¿no? —preguntó con voz preocupada, bajando el portón que se atascaba constantemente.

Chifuyu palideció sintiendo su interior perder toda calidez.

—... Bueno, él está en el parque de diversiones por el Tanabata. Draken fue inmediatamente y me dejó a cargo del taller. Me dijo que no me preocupara. No quería que me involucrara con las pandillas, pero iré de todos modos —Seishu bajó la mías, sintiendo su respiración pesada—... No sé por qué, pero me siento aterrado, tengo un mal presentimiento —susurró.

Chifuyu abrió los ojos totalmente confundido y su pecho se sintió oprimido fuertemente. Lo único que había entendido es que sus amigos estaban en problemas, así que antes de que Inui cerrara por completo, lanzó su bolso por debajo del portón, totalmente dispuesto a ir con él.