—¿Te encuentras bien?—susurró la amable voz de Aiden a sus espaldas.
Luca apartó su mirada del cielo nocturno estrellado y, girando su mentón, la posó en el atractivo chico de cabello blanco como la luna, quien acababa de salir al balcón.
El exagente estaba cansado, de los juegos y burlas, del horror que parecía no detenerse ni siquiera al cerrar los ojos... él debería haber acompañado a Daphne hasta la agencia, sin embargo, prefirió pasar sus últimos momentos de libertad atormentando a Elena.
Ahora era la hermosa mujer de ojos como la inmortal noche, quien pagaba las consecuencias.
—No te preocupes, Dorian la va a encontrar—dijó el ladrón, aproximándose al lado de Luca.
—Eso espero.—soltó por lo bajo el chico de mirada tormentosa—No logró imaginar una vida sin ella.
Aiden sonrió, volviendo su rostro más suave y cálido de lo que ya era.
—¿La amas?—preguntó el ladrón.
—Si, pero no como lo hace Dorian... yo la necesito más como mi amiga que como mi amante—explicó el ex agente.
Aiden bufó una risa, la cual hizo elevar las tupidas cejas castañas de Luca.
—En mi experiencia, no hay mejor manera de perder el tiempo que con amigos o un amante... y que maravilla cuando ambos seres coinciden en la misma persona—ronroneó el chico de cabello color luna.
Luca alzó las comisuras de sus labios en una vaga sonrisa errante.
—Esa es una maravillosa fantasía, Aiden, pero a la hora de la verdad es el corazón quien dicta el nombre de su dueño—respondió con tono cansado volviendo su mirada a las estrellas.
—Las personas cometen el error de llamar fantasía a un sueño que les aterra hacer realidad—dijo el ladrón, soltando un largo y profundo suspiro—Bueno, debo regresar a dentro, no quiero que aquel cuervo de oro termine quitándole hasta los órganos a mi Dorian.
Luca sonrió ante la forma en que se refirió a Elena, sin embargo no se movió de su lugar.
Cuando finalmente quedó completamente solo, en aquel hermoso balcón, soltó un profundo suspiro y contempló las estrellas, quienes parecían ser su única compañía.
Las amables palabras de Aiden habían logrado llegar hasta lo más profundo de su ser, generando una revolución de pensamientos y sentimientos.
Quizás estaba loco, o por el contrario, muy desesperado; pero alzando la mirada gris tormenta al cielo nocturno estrellado, le susurró un deseo a las inmortales estrellas.
Uno que solo ellas pudieron escuchar y responder.
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El punto final que marcó con tinta en el último apartado del documento, iluminó con alegría el rostro de Elena.
Había sido una buena decisión traer los papeles legales aquella noche, habían logrado acelerar su coronación, cumpliendo así su más antiguo deseo.
Sin embargo, al alzar su mirada verde esmeralda, el rostro lívido y triste de Dorian, la arrancaron de su fantasía.
El millonario acababa de ceder la mitad de los derechos sobre su compañía, sin embargo, la profunda pena que cargaba en su corazón no se debía a aquello.
—Erick Sowler, es el nombre del investigador privado que contraté para averiguar sobre el pasado de Daphne—explicó la mujer de oro, sintiendo por primera vez en su vida vergüenza, mientras su mirada viajaba entre Dorian y Aiden, apoyándose en un extremo de la habitación.
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Besos de Medianoche 2: Caos
RomanceLa agente Daphne Moon es secuestrada por el obsesionado investigador privado, Erick Sowler. Dorian y Luca comienzan su desesperada búsqueda mientras lidian con la llegada de Aiden y la cacería de la agencia, quienes buscan al exiliado agente por inf...