Capitulo 18:

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Meliza se mantuvo callada a lo largo de todo el trayecto hacia el lujoso departamento; podía sentir la tensión e incomodidad entre ambos sin siquiera voltear a ver la rígida postura con que Aiden manejaba.

La atractiva mujer de cabello color vino era mucho más inteligente y astuta de lo que se podría creer, quizás aquello era un rasgo característico de los agentes de "Besos de Medianoche".

No importaba, cualquiera fuera el caso, ella no necesitó de mucho para comprender qué podría significar aquel conductor de blanca cabellera para el agente, incluso antes de que los involucrados lo lograrán entender.

Ella dudaba que se tratase de amor, al fin y al cabo, dudaba que Luca sintiera algún interés romántico por alguien más luego de Camilla.

Incluso la propia Daphne Moon, quien compartía algunos rasgos de la personalidad de Camilla, no lograba llenar aquel vacío que el agente aún guardaba en su pecho.

Pero ahí estaba Aiden, siendo un reflejo casi perfecto de la difunta amada de Luca.

Meliza: perra maldita.

Eso mismo se debería estar repitiendo el chico de cabello blanco como la nieve, mientras observaba de forma lasciva a su copilota.

Pero a aquellas alturas, poco le importaba la opinión de los demás.

Hasta la mierda de problemas, podría describir muy bien su situación actual, como para sumarle el melodrama de unos amantes inconclusos, que parecían intentar recrear un fatídico romance trágico de forma inconsciente.

—¿Falta mucho? Se me está congelando el culo—bufó ella.

Aiden soltó un largo y profundo suspiro, antes de responder sin apartar su mirada del camino.

—Si no te hubieras vestido como una zor...—el ladrón se detuvo—con tan poca ropa, no tendrías frío. Atrás hay una campera de Dorian.

Meliza esbozó una sonrisa socarrona antes de inclinarse hacia atrás en busca de la campera, mientras hacía su mejor esfuerzo por exponer su exagerado escote. Uno que Aiden no se dignó a mirar, pero si notó.

—Gracias guapo—ronroneó ella, observandolo hacer su mejor esfuerzo por no demostrar su frustración.

Todos eran perfectos actores y actrices, maestros en el arte de las mentiras y manipulación, ninguno era inocente, a su forma, todos buscaban concretar sus propios objetivos, improvisando, lastimando, engañando y utilizando a las personas a su alrededor.

—¿La podrás encontrar?—preguntó Aiden sin apartar la vista del camino.

—Claro que sí—se mofó con arrogancia Meliza, sin embargo, una sonrisa emergió en sus labios al notar aquella oportunidad para soltar la bomba—Sin embargo, si no puedo hacerlo por mi cuenta, de seguro la agencia lo hará sin problemas.

Meliza hizo una pequeña pausa, para escuchar el suspiro de alivio que desprendían los labios levemente separados del ladrón.

—Si, ellos la encontrarán sin ningún inconveniente, y le darán un tiro en su hermoso y perfecto rostro de princesa por desertora—ronroneó ella con gracia.

Un escalofrío recorrió la nuca del ladrón, erizando los vellos que en esta se encontraban.

—Eres una maldita perra. Ni se te ocurra decir esto delante de Dorian o...—atacó Aiden, deslizando el auto dentro del parking del estacionamiento de aquel lujoso edificio y frenando de forma brusca.

—¿O que?—insistió la chica de cabello color vino—¿Que me harás exactamente? ¿Acaso robarás las partes de mi auto? Ah no, es cierto, no tengo auto—se burló con arrogancia al mismo tiempo que bajaba del Impala.

Las cadenas que mantenían a raya su autocontrol se soltaron, aquella burla fue la gota que rebalsó el vaso.

Con velocidad, bajo del vehículo y lo rodeó en menos de tres latidos, llegando junto a Meliza antes de que ella lo notara.

Sin demasiados problemas, cerró su camino, obligandola a hacer un paso hacia atrás sin siquiera tocarle un pelo.

—Me importa una mierda tu pasado con Daphne o incluso con Luca, siendo honesto, su melodrama me trae sin cuidado, al fin y al cabo es solo eso una complicada historia pasada de moda—. escupió Aiden con un tono tan frío y cortante como el azul de sus ojos—Daphne es importante para mi hermano Dorian, por lo tanto, es importante para mí, así que no quiero volver a escuchar esas mierdas.

El tono autoritario y demandante de Aiden tomó por sorpresa a la chica de cabello color vino, quien permaneció firme y de piedra en aquel lugar, similar a una estatua.

Pero las palabras del hermoso ladrón no finalizaban allí.

—Hace un momento me preguntaste qué haría, bueno permíteme responderte—ronroneó él en un bajo siseo— no te conozco, pero tú a mí tampoco, y solo déjame decirte una cosa. Si de alguna forma lastimas a los que quiero, te aseguro que seré tu propio demonio, torturador y verdugo.

Al finalizar aquellas palabras, el chico de cabellera blanca como la nieve se apartó de ella, dirigiéndose al elevador.

Sin embargo, se detuvo cuando las puertas de este se abrieron para revelar un pequeño espacio vacío.

—¿Ayudarás a encontrar a Daphne sana y salva o no?—preguntó él sin apartar la mirada del elevador.

Ningún sonido se escuchó, por lo tanto, al cabo de diez segundos el ladrón ingresó solo al elevador.

Ya se le ocurriría una mentira que contarle a Luca.

Sin embargo, cuando las puertas de este se estaban cerrando, una mano bronceada se asomó, haciendo que las puertas se abrieran de forma automática.

Al otro lado, la hermosa chica de cabello color vino estaba de pie.

—Lo haré con una condición—dijo ella con el mentón firme y elevado.

Aiden se cruzó de brazos y expuso una leve sonrisa ladeada en sus labios, esperando las demandas de aquella astuta mujer.

—Basta de melodramas. Olvidémonos de todo y comencemos de cero—continuo ella, ingresando al elevador con la mano extendida hacia el.

El chico de cabello blanco como la nieve la observó durante largos segundos, antes de soltar un largo y profundo suspiro.

—Hola, soy Aiden—habló él, con tono cordial, tomando la mano que ella le ofrecía.

La chica de cabello color vino tinto sonrió de forma natural.

—Hola, soy Meliza, agente de "Besos de Medianoche"—respondió ella con soltura.

Una tregua, entre ambos amantes no concertados, una para solucionar la mierda en la que estaban metidos y encontrar a Daphne.

Si es que aún seguía viva.

Besos de Medianoche 2: CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora