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⇝ Rompiendo el mutismo en el que había caído la florería, desde que regresara Yoongi, Jimin salió de detrás del mesón, pasando junto al ensangrentado Taehyung, para pararse frente al rubio, mirándolo a los ojos. Su voz fue suave, pero con intensidad.
—¿Por qué nunca me dijo nada de lo que sentía, Yoongi-ssi? —preguntó directamente. —Si sabía de sobra que yo le correspondería... ¿O es que no fueron suficientes todas las flores? ¿Todas mis insinuaciones?
Min balbuceó, queriendo responder algo, cualquier cosa, sabiendo que el chico merecía más que un silencio esta vez. Sin embargo, su intento se vio interrumpido, por el sonido de Taehyung cayendo al piso, desmayado.
—¡Taehyungie! —exclamó Yoongi, abriendo sus ojos en asombro, corriendo a arrodillarse a su lado, notando la descomunal pérdida de sangre, por el profundo corte en su frente.
—Vo-Voy a llamar a una ambulancia —Jimin sacó su celular, tecleando a toda velocidad. —Bu-Buenas tardes, mi amigo acaba de desmayarse, porque se golpeó la cabeza con un balde —comenzó a detallar, resolviendo de paso, las dudas de Yoongi. —Sí, se hizo un corte en la frente y perdió mucha sangre... Okay, sí... le doy la dirección... —el repartidor hizo así, indicándole la mejor manera de llegar allí, conociendo de sobra las calles aledañas.
La ambulancia no tardó en llegar, y en ese tiempo, Yoongi sólo atinó a poner una gasa estéril sobre su frente, para hacer presión y detener la sangre, tanto como pudiera. La gente en el paseo, se reunió alrededor de la florería, al notar lo que pasaba, y Seokjin no fue la excepción. Sin embargo, no dudó en correr hacia el lugar, al ver a cierto castaño arriba de una camilla.
—¿Tae-Taehyung? ¡Jimin! ¿Qué le pasó? —sacudió de los hombros a su empleado, entrando en pánico.
—Se desmayó por perder mucha sangre —aclaró. —Pero, tranquilo... es un corte superficial.
—¿Quién acompañará al paciente? —preguntó el paramédico, mirando a los tres hombres parados junto a la ambulancia.
—Yo iré —anunció Seokjin. —Es mi novio —mintió, subiéndose sin esperar la aprobación de nadie para hacerlo, más que preocupado del estado del chico. —Jimin, te encargo el restaurante —alcanzó a decirle al pelinegro, antes de que las puertas se cerraran y el vehículo avanzara por el paseo, hasta la calle principal.
—Qué desastre —susurró Jimin, dejando salir un suspiro preocupado. Entonces, volteó a ver a Yoongi, quien mantenía su mirada perdida por donde su amigo se marchó. —Supongo que... es mejor que me vaya —informó, todavía con la ilusión de que el otro lo detendría, para finalmente hablar con él y decirle las cosas que llevaba callando por tanto tiempo.
Eso no pasó, y Jimin entró al restaurante con una mezcla de sentimientos, que lo ahogaban y no le permitían respirar correctamente. ¿Por qué tuvo que enamorarse de un hombre tan complicado? ¿Por qué se conformaba tan sólo con una sonrisa y un par de miradas? ¿Podía seguir alimentando ese amor sólo con verlo asentir de vez en cuando, o pestañear en su dirección? ¿Qué clase de relación sería esa? Park negó con la cabeza, quitando la rebelde lágrima que escapó sin querer, decidido a fijar un límite. Él había dicho y hecho todo lo que estaba en sus manos para hacerle ver su interés sincero al rubio. Había sido coqueto, galante y atrevido. Le dio su número y una cantidad incontable de costosas flores, tomando en consideración su significado. No quedaba nada más que darle su espacio a Yoongi, para que tomara la decisión final, ahora que todas las cartas han sido puestas sobre la mesa.
En efecto, siendo leal a sí mismo, Jimin dejó pasar unos días. De boca de Jin, se enteró que Taehyung había sido suturado y dado de alta esa misma tarde, con un enorme parche en su cabeza. Pero, no obtuvo ninguna señal de Yoongi.
—Ya van tres días, Jiminie —le hizo ver Seokjin a su repartidor, notando la nube negra que flotaba sobre la cabeza del menor.
—Lo sé... los tengo contados —murmuró, limpiando su casco con un paño húmedo, haciendo tiempo hasta su siguiente entrega.
—¿Has pensado en qué pasará si él no puede romper con su miedo? —preguntó, sinceramente preocupado por el menor.
—Yo puedo seguir esperando, hasta que él esté listo —admitió, sin atisbo de dudas. —Sólo... necesito ver alguna reacción de su parte... una señal de que quiere intentarlo —explicó. —Porque ya le demostré con creces que estoy dispuesto a amarlo con todo lo que arrastra, sin presiones —suspiró profundamente, perdiendo su mirada en la florería del frente.
En aquel lugar, un rubio se jalaba de los pelos, desesperado y sin saber qué hacer para no perder a Jimin. Su cabeza era un hervidero de pensamientos, tratando de buscar la manera de decirle las cosas al pelinegro, sin morir en el intento.
—Ti-Tiene que s-salir de su zo-zona de con-confort —lo animó Taehyung, viendo la angustia en los ojos de su jefe. —Co-Como lo hi-hizo el d-día que le en-entregó el r-ramo para s-su herm-mana —le recordó, tratando de ayudarlo. —Hy-Hyung... va a p-perder a u-un chico g-grandioso, si no se a-arries-esga un poco...
—Es que... —Yoongi negó con la cabeza.
—Pi-Piense en que... u-una vez q-que consiga dar un p-paso fue-fuera de la flor-rería, para ir a b-buscar a s-su amado re-repartidor... —bromeó. —S-Su ti-timidez ya n-no será u-un problema...
—No es tan fácil —rebatió.
—Nad-die dijo q-que lo s-sería —se encogió de hombros. —P-Pero es un ej-ejercicio que debe ha-cer p-por su cu-cuenta, y n-nadie más que u-usted se puede ay-ayudar.
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Como me gusta hacerles sufrir...
¿Qué pasará?
Lo sabremos el siguiente sábado, con el gran final de "Entre Lirios & Peonías"
No se lo pierda!
5/5
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Entre Lirios & Peonías [YoonMin]
Fanfiction[TERMINADA] ~MINI FIC~ Park Jimin ha comenzado a trabajar como repartidor en un restaurante, pero el dueño de la florería del frente parece odiarlo, pues huye de él cada vez que le ve. Lo que Jimin no sabe, es que sufre de una gran timidez. [ESPECIA...