Entre Lirios & Peonías [YoonMin]

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⇝ Seokjin sonrió ampliamente, al ver la emocionada cara de su novio a la distancia. Ellos tenían una cita especial ese día, para celebrar sus cien días, desde que comenzaron a salir. Habían tardado casi tres meses, entre cortejos y coquetería, hasta que Taehyung se arriesgó con una propuesta formal, mientras luchaba con los nervios y su tartamudeo, encantando a Seokjin, quien no dudó en aceptar.

Ocuparon una mesa cerca de la ventana, y se sentaron, ordenando el almuerzo. Era irónico que fueran a otro restaurante a comer, siendo Seokjin dueño de uno, pero ellos preferían disfrutar sus pequeños momentos juntos, para probar cosas nuevas.

—¿Yoongi-ssi no te puso problema porque lo dejaste almorzando solo? —quiso saber, jugueteando con sus manos unidas.

—N-no... Jimin pasó p-por él para la t-terapia —informó, y el mayor asintió, recordando que el pelinegro le había comentado que tenían una cita ese día.

—¿No te parece genial que ellos den ese paso? —comentó, pensando en la extraña pareja que hacían Jimin y Yoongi. Ellos no eran novios oficialmente, pero todos en el paseo donde trabajaban, sabían que tenían algo especial. —Jimin ha sido tan paciente, y, gracias al cielo, tu jefe se ha dejado ayudar.

—Siempre pe-pensé en que hy-hyung necesitaba i-ir a terapia —asintió. —Para p-poder sup-perar su timidez... Que pe-pena que no e-exista tera-rapia para la g-gente como y-yo —bajó la mirada, apenado.

—Desde que estamos saliendo, ya no tartamudeas tanto, mi vida —le acarició la mejilla, con una bella sonrisa. —Puedes decir que yo soy tu terapia —le guiñó un ojo y el menor rio complacido, afirmando.

—L-La mejor terapia —se inclinó en busca de un beso que Seokjin no le negó.

—Tú... ¿crees que realmente Yoongi-ssi logre superarlo? —preguntó. —Me preocupa que Jimin tiene altas expectativas.

—El otro d-día él recibió e-el pedido de l-las flores —confirmó. —Y eso y-ya es un avance... L-La mujer que l-las tr-trajo era m-muy bonita...

—¿Muy bonita? —alzó una ceja, torciendo el gesto.

—Pe-Pe-Pero n-no pa-para m-mí —se apresuró a aclarar, poniéndose nervioso. —Y-Yo se-sería i-incapaz de m-mirar a alguien m-más.

—Aquí está su orden —interrumpió el mesero.

—Gracias —ambos agradecieron, y Taehyung respiró aliviado al notar que su novio no lucía molesto en realidad.

—Yo también he notado que tu jefe sonríe más, cuando está con Jimin —tomó una porción y la llevó a su boca, saboreando feliz. —Los veo despedirse todas las tardes y parece feliz... al menos, no se queda como una estatua cuando Jimin le toma la mano o besa su mejilla —bromeó, recordando las primeras veces en que los vio interactuar, meses atrás y el florista se convertía en un tomate, por lo sonrojado que quedaba.