Entre Lirios & Peonías [YoonMin]

꧁Epílogo꧂

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⇝ El sol estaba tardando en entrarse, y Jimin maldecía que la modesta mudanza a su nuevo hogar, estuviera ocurriendo bajo el despiadado sol. Había conseguido un pequeño departamento, algo alejado de su universidad, pero su fiel bicicleta prometía acercarlo a donde fuera, y gratis. Lo importante, es que logró salir del dormitorio compartido de la universidad, dejándole su cama al novio de su roommate.

Por su parte, Jimin aspiraba a ser bendecido con una relación tan bella, como la que parecía tener todo mundo a su alrededor, desde su hermana, felizmente casada hace casi un año; su jefe con Taehyung, y su ex compañero de cuarto con Hoseok. Sólo quedaba él, quien no perdía las esperanzas de que todos sus esfuerzos por ayudar a Yoongi en su terapia, dieran buenos resultados, más allá de tomarse de la mano y compartir besos en la mejilla.

Pasó una mano por su frente, quitando el sudor que le estorbaba, apilando otra caja con libros, sobre la que contenía algunos cachivaches que necesitaba categorizar. Estaba cansado y sediento, también quería tomar una ducha y relajarse el resto de tarde en compañía de Yoongi, pero éste parecía muy enfocado en bajar todo de una vez, haciendo resaltar los músculos de sus brazos, por cargar tanto peso.

—Cariño, no necesitas cargarlas todas juntas —rio delicadamente. Le gustaba usar apelativos cariñosos con Yoongi, y ver sus orejas enrojecerse de a poco. También era una manera de crear una costumbre, y que perdiera la timidez a la intimidad entre ellos, como lo era cogerse de las manos y besarse en la mejilla, de vez en cuando. —Déjame ayudarte —ofreció, pero Min negó con la cabeza, empeñado en no demostrar debilidad.

—Yo puedo —aseguró, continuando su camino, con los brazos resintiéndose ante el sobreesfuerzo. Depositó las cajas junto a la puerta y respiró agitado.

—Deberíamos hacer una pausa para descansar —propuso, tomando de la mano a Yoongi y jalando de él al interior del departamento, refugiándose así, de los potentes rayos de sol. —Como todavía no tengo nada, supongo que tendremos que conformarnos con el agua embotellada.

—Está bien —dijo Yoongi. Aunque ahora era capaz de responder a la conversación de Jimin, no iba más allá de dos o tres palabras.

—Cariño, ¿tienes algo más que hacer esta tarde? —preguntó, tendiéndole una botella, con su sonrisa habitual. Yoongi negó, destapándola y bebiéndose la mitad en un par de tragos. —¿Te parece si vemos una película?

—¿Ir al... cine? —dudó, sintiéndose incómodo en ese tipo de lugares demasiado concurridos. Fue el turno de Jimin para negar con la cabeza.

Entonces, el nerviosismo en Yoongi creció más, porque ellos no habían compartido un espacio tan íntimo a solas jamás, y su corazón latía ruidosamente, ante la posibilidad de estar sentado hombro a hombro, viendo una película con el amor de su vida. La idea de Jimin y el besándose, le secó nuevamente la garganta, obligándolo a acabarse el agua que le quedaba.