Capítulo 18

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¡Mamá!

Andrea.

— ¡Mamá! — grito apenas tomo la llave escondida para mí y entro a el que era mi hogar.

— A... — se corrije —. ¡Hija! — sale corriendo hacia mí, yo estoy frente a Hailey dejando nuestras maletas, corro a abrazarla y ella también a mi, me abraza demasiado y fuerte y luego aprieta mas el agarre y yo se lo devuelvo, grandes lagrimas recorren mi rostro y terminan en su hombro, inspiro su olor «Estoy en casa» a salvo, casi, si no tuviera al enemigo en ella —. Al fin estas en casa, mi vida — se aleja un poco de mi y también se limpia las lagrimas.

— Estoy en casa, mamá — repito sus palabras.

— Hola, Hailey — saluda mi madre a mi mejor amiga.

— Señora Bianca, que gusto verla de nuevo — se acerca a ella y le da un abrazo y un beso en la mejilla. Jacob. Chase, en realidad, aparece por el umbral de la cocina junto a Antón, su hijo.

La mirada de Kira se dirije directamente a mí y luego sus ojos se tornan llenos de amor, pero luego está la ¿Duda? Definitivamente, en otra ocasión ella iría a molestar a mi hermanastro, pero esta vez solo se tensa y se queda mirándolo fijamente.

Después de casi un minuto eterno de un incomodo silencio, Kira reacciona y se acerca a Antón.

— Hola — dice Kira en un hilo de voz.

— Hola — dice Antón en un tono pausado y le toma la mano para llevársela.

Kira me da una última mirada y ka doy una sonrisa que no llega a mis ojos, cuandi ya estoy sola con mi madre y ek traidor, ellos me vuelven a abrazar y me voy rumbo a mi habitación para desempacar todo mi equipaje.

Cuando estoy a punto de terminar siento que alguien se acerca, me pongo a la defensiva, pero luego me tranquilizo cuando veo a copito, mi pequeño conejo que ya ni puede caminar bien por la vejez.

— ¡Copito! — me agacho y lo recojo, lo aprieto fuerte contra mi pecho, que no me doy cuenta que estoy a punto de asfixiarlo hasta que escucho su bajo lamento de dolor —. Lo lamento, Copito, te extrañé mucho ¿Me extrañaste?

Finjamos que dijo que si.

— Yo también te extrañé, bolita de pelos.

Lo pongo encima de mi cama, mientras que termino de organizar mis cosas, en ese lapso de tiempo Copito ya se ha dormido, busco su casita por toda la casa hasta que me encuentro con la oficina de Chase.

Solo he entrado una vez y fue por un segundo, nunca me detuve a detallarla, a averiguar si escondía algo, claro, ¿Como iba a hacerlo, si era un padre para mi? Y la persona que prometió nunca irse, ni lastimar a mi mamá, ni a mi.

Entro con demasiado cuidado, mirando hacia todos lados para ver si alguien, al encontrar todo sumido en una densa oscuridad y un silencio para nada relajante,es más, siento que en cualquier momento pueden meterme un tiro en la espalda, no exagero, en la mafia todo es posible.

«Traicionar, engañar, mentir» dice mi subconsciente y tiene razón, pero ese no es el caso ahorita, en estos momentos es mi venganza. Dicen que hay que dejar ir las cosas, perdonar y seguir adelante, pero ese no es mi caso, porque esto no pienso dejarlo pasar y lo haré pagar por todo lo que ha hecho, al fin y al cabo nunca he sido una buena persona ¿Por qué hacerlo ahora? Igual no tiene que ver, soy quien soy porque me tocó, pero a la vez porque así lo decidí yo.

Miro todo a mi alrededor, hay un mueble de cuero para dos personas en un extremo de la oficina, hacia mi izquierda un gran escritorio muy bien organizado, una silla que es tipo: Si te sientas aquí eres el Rey/Reina del mundo entero y puedes manejarlo como quieras, y exactamente eso es lo que hace Chase, una silla muy acorde a su dueño a final de cuenta.

Amor, Mafia Y Venganza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora