Amor, Mafia Y Venganza ©

Capítulo 19

Poderío.

Christopher

El alcohol se desliza por mi sistema acabando con la botella de Bourbon que tenía a la mitad, mi cabeza va a explotar y los días sin descanso y mi consumo de alcohol me pasa factura al prender ls pantalla de mi portátil.

«Tengo que trabajar»

No puedo darme el gusto de tomar un descanso, no cuando tienes mis responsabilidades y toda la carga que tengo que cargar sobre mis hombros.

«Nos engañó muy bien a todos»

Tengo que admitir que Chase fue muy inteligente y astuto para engañarnos todo este tiempo a todos. El dolor de cabeza se me intensifica recordando que la ladrona de Andrea tiene el teléfono satélital que Nate no pudo cuidar bien, tengo su posición, en estos momentos podría mandar un equipo o ir a matarla yo mismo, ella muy ien lo sabe, pero también tanto ella como yo sabemos que es mas fácil que seamos aliados que enemigos.

Ella es peligrosa, así en estos momentos su posición no sea la mejor o su situación, no será fácil de vencer, además si logro aliarme con ella puedo hacer mi otro trabajo mucho mas fácilmente.

Kira... Otra mujer poderosa, que con su carita bonita ha sido capaz de acabar con dos de las mafias mas poderosas en ese momento.

Reviso toda la información atrasada que tengo dejando de lado todo malestar. Termino de hacer los últimos planes para el evento de esta noche en el que se encontrarán de todo tipo de personas, no necesariamente gente del bajo mundo.

Pongo al tanto de todo a mis hombres de confianza, omitiendo cierta información, porque nada me garantiza que sean 100% de fiar, porque todos tienen un precio en esta vida.

Me subo en el Mercedes AMG-G63 negro que cuenta con una seguridad mucho más avanzada que el modelo original, gracias a mis modificaciones tecnológicas.

Mis hombres me siguen mientras voy con mi hombre de confianza, Viktor, ha sido mi mano derecha desde hace 10 años, es de las pocas personas a las que les confío mi vida.

Aparco a dos manzanas de mi lugar de destino, está oscuro porque se avecina una tormenta, tomo mi celular y marco el número de la persona que necesito.

Suena, suena y suena.

Nada.

Nadie contesta.

Se hace la dura, para saber que a ella le conviene.

Marco por quinta vez y al fin contesta.

— ¿Que quieres impostor?

Contesta con la voz agitada.

— ¿Estabas haciendo ejercicio? — le digo sabiendo que obviamente eso no era, porque puedo verlo todo desde mi posición.

— Claro.

— ¿De casualidad un poco de cardio?

— Bingo, en el punto, adivinaste.

— Ah, ya.

— ¿Que quieres?

— Que dejes de mentir.

— ¿Cuando mentí?

— Siempre — hago una pausa —. En estos momentos.

— ¿Me estas espiando?

— Muy tarde ¿Pierdes tus habilidades?

— Jamás.

Veo como apaga la luz de su habitación y segundos después su ventana es abierta revelando su esbelta figura en unos shorts de pijama demasiado cortos, un croptop y su cabello despeinado, simplemente se ve hermosa de todas las maneras.