La chica enamorada de la Luna

4 - Encuentro inesperado

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Encuentro inesperado.

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Temí por no escuchar una respuesta de su parte, pero mi cuerpo se relajó cuando me devolvió la sonrisa y soltó una pequeña carcajada con lágrimas en sus mejillas.

-Se llama Bunny- me contestó emocionada, dio pequeños saltitos sin dejar de apartar su mirada de mí- Tomamos el té todos los días- continuó diciendo apretando el osito de peluche contra su pecho. Yo estaba agachada frente a ella, era realmente una niña hermosa.

-Eso es genial- le contesté acariciándole su suave mejilla con mi mano. No me había percatado hasta ahora que todos nos estaban mirando, me sentí verdaderamente mal por notar tantas miradas amenazantes de la gente de la fila sobre mí- Creo que se ha debido de hacer daño, deberías de cuidarlo antes de que empeore- terminé por decir bajo la presión que sentía. Volví a sonreírle ampliamente al notar su emoción.

-Lo haré- asintió ella agarrando mi mano- Mamá, ella me gusta- la infanta se giró a ver a la reina quien no pareció molestarle mis pocas oportunas acciones. Habría infringido por lo menos cinco normativas de la fiesta, pero me relajaba que los guardias todavía no me habían sacado a patadas.

-Estamos muy agradecidos de su presencia, señores- continuó diciendo el rey estrechando la mano con papá, quien le recibió con una bonita sonrisa, con cierto desconcierto por no esperar lo que estaba ocurriendo. De todos los recibimiento, no vimos a ninguno donde el rey tuviera contacto físico con sus invitados.

Seguidamente entramos en la gran sala con la mirada de toda la familia real en nosotros. Al parecer no fui yo la única en notar la presión de todas las miradas sobre nosotros, me coloqué al lado de James, quien me lanzó una mirada amenazante por si se me ocurría pararme enfrente medio de nuestra caminata.

Entramos en el gran salón escuchando música de una orquesta a lo fondo de la sala. La música era animada y había cientos de personas allí, conversando entre ellos nerviosos por la entrada de la familia real al salón. Todo el mundo parecía haber preparado una presentación para los reyes, para generar una buena impresión y con suerte, conseguir llamar la atención del príncipe.

-Lo siento madre- me disculpé acercándome a ella avergonzada. Mis mejillas estaban más rojas de lo habitual, por estar arrepentida de lo que había pasado fuera.

-Te he enseñado valores y creo que los has usado muy bien frente a sus majestades- ella se adelantó a decir. Fruncí confundida levemente el ceño al no notar ni una mínima expresión de disgusto en su rostro. Ella me agarró del brazo para continuar caminando por el salón hasta encontrar a alguien con quien hablar.

Y en menos de lo que esperaba, James ya no estaba a mi lado. Unas señoras mayores habían conseguido acorralarlo para hacerle un interrogatorio sobre su poca vida amorosa, mi hermano no tiene pensamiento de casarse hasta dentro de varios años, su idea es ir a la universidad y una vez que consiga graduarse conseguir a una chica interesada en él. Por supuesto, mamá estaba en total de acuerdo con él. ¿Por qué conmigo no podía ser igual?

Conseguimos encontrar a alguien con quien hablar, y aunque yo apenas compartí un par de palabras con aquella familia, mi madre y hermana no paraban de hablar sobre mi perfecto atuendo. Asentía educadamente de vez en cuando cuando me halagaban, cuando las señoras no prestaban atención en mí me dediqué a buscar algo o alguien interesante en la sala. Entre tantas personas debe haber alguien con quien pueda mantener una conversación natural, sin tener que fingir ser perfecta.