6 - Falso logro

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Falso logro

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-Anna- creí que mis oídos no escuchaban bien por lo que desconcertada miré a mis espaldas. No pensé que el príncipe fuera a perseguirme hasta el pasillo, así yo había sido capaz de dañar su orgullo. Después de unos segundos continué mi caminata para alejarme de él lo más posible.

Salí del castillo y me dirigí al laberinto del jardín con la esperanza de no poder encontrarle allí. Aunque como una estúpida me perdí, en aquel momento había olvidado el hecho de que esta era su casa y debía conocer cada milímetro de ella.

-No pretendía herir tus sentimientos- Louis debía tener muy buen oído porque a pesar de haberme perdido entre los setos estaba intentando ser sigilosa. Estaba segura que haber maldecido a lo bajo me había delatado, y aquí por mucho que quisiera escapar, no tenía una salida segura porque el príncipe volvería a encontrarme- Pensé que te gustaría una broma- retrocedí varios pasos hasta chocar con la pared del seto notando como Louis se estaba acercando cada vez más a mí. Su rostro se reblandeció al analizarme detalladamente.

- ¿Broma? Parecía muy real- no me había dado cuenta hasta cuando mi voz se quebró de que yo estaba rota en lágrimas. Era vergonzoso tener que soportar una mirada de lástima cuando no puedes aguantar más las lágrimas.

-Lo... siento- se disculpó arrepentido sacando del bolsillo de su pantalón un pañuelo de algodón con el que secó mis lágrimas.

-Enhorabuena, me has salvado- claramente no podía faltar mi comentario grosero mientras pestañeaba, dejando caer las últimas lágrimas de mis ojos- Vuelve allí, diciéndole a todas esas chicas que fuiste mi héroe- me sorprendí al volver a sentir ese suave pañuelo en mi mejilla.

- ¿Estás celosa? -me preguntó volviendo a ese tono burlón entregándome el pañuelo para que me lo quedara. No me dio tiempo a negar su duda porque soltó una carcajada- Pues puedes estar tranquila porque creo que ya he elegido a mi prometida- no sabía si aquello era una sugerencia para hacerme un lío toda la noche, o simplemente lo había dicho para que me relajara.

Me acerqué a él sin la preocupación de invadir su espacio personal. Le tomó por desprevenido, pero no eliminó la sonrisa burlona de su rostro.

-No me vuelvas a tocar así, ¿has entendido? -le pregunté agarrándole con fuerza sus testículos como advertencia. Dejé al príncipe casi sin aliento pues no esperaba que yo hiciera tal cosa- ¿Has entendido? -le pregunté apretando más haciendo que soltara un doloroso gemido.

-Perfectamente- respondió cerrando fuertemente los ojos en un hilo de voz. Seguidamente solté sus genitales y le regalé una inocente sonrisa, recuperando toda mi dignidad y dejando al príncipe casi retorcido en el suelo del dolor. No debía haber tenido muchas experiencias como esas, estaba a punto de llorar como un bebé- Esta chica- murmuró para sus adentros cerrando fuertemente sus ojos para poder aguantar el dolor lo mejor posible.

-Quizá un poco de hielo te venga bien. Tal vez tengas dificultades al caminar por unos días- me acerqué a él hablando por una experiencia similar que había tenido James por mi culpa. No lo hubiera hecho si supiera que se lo diría a los guardas, pero sabía que Louis no sería capaz de hacerlo.

Le hablé mientras que Louis seguía recuperándose del dolor, parecía una niñita a punto de llorar. Comprendía que te agarren de los testículos con fuerza no debía de ser una sensación muy agradable, pero tampoco para evolucionar a un cerdo chillando.

La chica enamorada de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora